Poner la mirada en la Catedral, sentir la Catedral, amar la Catedral debería ser para los que llevan esta ciudad en el corazón un normal ejercicio de coherencia, al margen de los caminos siempre misteriosos de las creencias y de los menos misteriosos posicionamientos políticos, porque la Catedral es un mucho el compendio del vivir de la ciudad, ese cimiento feliz que nos permite ser y crecer. Nunca es inútil ser amigo de la Catedral, dejarse envolver en el cálido ambiente de su silencio generoso y gratuito, tampoco es inútil escribir de lo que uno ama y aún sin trascendencia literaria ni histórica me parece oportuno hablar de la Catedral, si es verdad aquello de que de la abundancia del corazón habla la boca, aunque sólo sea recordando aspectos de su historia o de su arte, bien conocidos de los más doctos.

Un obispo de la época suévica

Si no faltaron en Ourense como en otras muchas diócesis pretensiones de orígenes inmediatos a la supuesta predicación del Apóstol Santiago en España, y los falsos cronicones dieron pie a poner fecha y nombre al primer obispo que sería un inexistente San Pedro de Rates, discípulo del Apóstol, que le constituiría el año 43 obispo de una ciudad que, si es cierto, tenía ya existencia bien probada en época romana en el entorno de las célebres "Burgas", fuentes termales, no recibiría la predicación evangélica hasta época tardorromana.

Los comienzos ya seguros de la diócesis de Ourense están en la figura y en la predicación de San Martín Dumiense, que colocaría en la sede ourensana como obispo a Witimer o Witimiro que asiste a varios concilios. Ourense alcanza cierta notoriedad en la época sueva. Según la tradición el rey Carriarico, obtiene la curación de su hijo y heredero por la intercesión de San Martín de Tours, algunas de cuyas reliquias obtuvo. Ello le impele a la conversión y a la erección de un templo en honor del santo que será desde entonces patrono de la ciudad y de la catedral.

La catedral martiniana

En el pontificado de Alfonso se consagrará el templo el año 1188, por Gadino, arzobispo de Braga, estando presentes otros obispos limítrofes, con reliquias de San Martín, enviadas nuevamente de Tours y que certifican el valimiento que se sigue pidiendo a quien será ya para siempre titular y patrono.

La catedral que crece y de algún modo organiza el urbanismo y la vida de la ciudad será la casa de San Martín, un santo que se siente especialmente simpático por su gesto generoso de compartir la capa militar con el menesteroso de Amiens un crudo día invernal.

Iconografía de San Martín

Y en la Catedral se multiplican las representaciones martinianas como en la propia casa multiplicamos con fotografías la imagen de los que amamos.

Son dos los modos más habituales de representar a San Martín, presentes en nuestra Catedral como soldado caritativo y como Obispo con las insignias propias de esta dignidad mitra y báculo.

Destacamos en primer lugar el San Martín del retablo mayor de la catedral. Las representaciones iconográficas del retablo mayor, primera mitad del siglo XVI, obra de Cornelis de Holanda, se organizan en torno a tres temas: Cristo escenas de su Infancia y Pasión. María temas de sus misterios. Los Santos, San Martín como patrono de la Catedral y apóstoles, profetas, vírgenes, mártires y confesores en los intercolumnios del retablo.

San Martín de Tours es el patrono y titular de la iglesia, por ello su representación ocupa el cuerpo medio de la calle central. No deja de ser original el motivo escogido para su representación: Presidiendo una ceremonia Pontifical. Sentado en un trono con mitra y báculo y revestido de capa pluvial, en actitud de bendecir, acompañado de cuatro ministros, simétricamente dispuestos, los dos más cercanos al espectador son el diácono y subdiácono y van vestidos con la dalmática y tunicela propia de su orden, portan en las manos el evangeliario y utensilios sagrados. Los de atrás visten largas sobrepellices propias de acólitos.

Sólo a modo de inventario, más excedería lo admisible en este medio, doy cuenta de las representaciones martinianas de la Catedral, atendiendo a la técnica con la que están realizadas. Un estudio de las mismas podría ser el contenido de un libro que bien ilustrado sería un oportuno regalo institucional de nuestro Ayuntamiento como han hecho ciudades como Milán con San Ambrosio o Bari con San Nicolás. Es curiosa la ausencia casi total de representaciones medievales en la Catedral, quizá porque las que hubo eran pictóricas y se perdieron.

Escultura, bulto redondo

Obispo: en la Reja pequeña del presbiterio (siglo XVII); Madera en su color en la silla episcopal del coro hoy en el Museo (Juan de Angés, siglo XVI). Terracota hacia 1999 en Archivo Capitular ). De madera policromada en el remate del facistol del coro, hoy en el Museo (siglo XVIII).

Soldado: puerta Norte (siglo XV). Tímpano del pórtico del Paraíso (Siglo XVI). Remate del órgano hoy sobre el cortavientos de la puerta Sur (Castro Canseco, siglo XVIII), talla popular en la Capilla de la Resurrección.

Relieve

Sedente de Pontifical Retablo mayor Cornelis de Holanda (Siglo XVI).

Obispo: tablero del coro, hoy en la Capilla del Santo Cristo (Juan de Angés siglo XVI). Retablo de la Virgen de las Nieves (Juan de Angés, siglo XVI. Relieve de Madera policromada procede de San Martín de Candás, cercano a Alonso Martínez XVI, en el Archivo.

Soldado: Parte baja exterior de la torre de San Martín (siglo XVI). Reja que cerró la capilla mayor (Celma siglo XVI). Relieve de hacia 1920 en el Archivo Capitular.

Hay que añadir las figuras de bronce de pequeño tamaño de varios artistas, ofrenda del Ayuntamiento el día de San Martín las hay de Buciños, Xosé Cid, Acisclo Manzano, se conservan en el Archivo.

Esmalte

Placa del conjunto de esmaltes de Limoges conservadas en el Museo de la Catedral, siglo XII, vinieron acompañando una reliquia del Santo. San Martín representado con un donante.

Pintura. Soldado: lienzo de la sacristía s, XVIII. En la sala Capitular pintura al fresco en la bóveda como soldado y en altar sobre cobre, sedente de pontifical ambas del siglo XVIII. El cuadro que señalaba el "hic chorus", robado hacia 1980 también representaba al oleo a San Martín Obispo.

De arte contemporáneo son varias pinturas encargo del Ayuntamiento para la ofrenda del día de San Martín están en el vestuario capitular y archivo, son de pintores como Virxilio, Moreiras, Fray Luis de Oseira, Carlos Costoya.

Vidriera. Óculo sobre la puerta sur. Vidriera de Maumejean, de hacia 1910, como soldado.

Miniatura. En el Archivo Capitular hay varias miniaturas entre ellas San Martín obispo en el Libro de la Cofradía del Rosario pergamino s. XVII. San Martín caballero en un cantoral del siglo XVIII.

Orfebrería. Además del brazo relicario, siglo XVII. Figura San Martín como obispo en la Custodia del Corpus (Juan de Nápoles 1603) y en la puerta del Sagrario de la Capilla Mayor hoy en el Museo (Pecul 1803). Como caballero en la Cruz Preciosa (hacia 1498) y en el frontal de plata hoy en la Capilla del Santísimo (Pedro Garrido siglo XVIII). En el archivo se conservan varios libros litúrgicos con cantoneras de plata y medallones con símbolos martinianos.

Documentos. En algunos documentos del Archivo hay ilustraciones y grabados con San Martín y figura sedente de Pontifical en los Sellos de bronce del Cabildo de los siglo XVIII y XIX y en el de caucho del siglo XX.

Bordados. Diversos ornamentos como el terno del Corpus (Pontificado de monseñor Ángel Temiño) llevan bordados símbolos alusivos a San Martín.

Cerámica. Finalmente de cerámica es el mosaico con San Martín caballero, ofrenda del Ayuntamiento el año 2012 realizado por el artista ourensano Carlos Costoya. Y de cerámica y producción industrial dos pequeñas piezas de San Martín Caballero conservadas en el Archivo una de Sargadelos y otra de Cerámicas Galos. Y una pequeña placa de Maite Vázquez, producción seriada hecha con motivo del Congreso Nacional de Archiveros (2002).

(*) Delegado de patrimonio de la diócesis de Ourense.