Como multitud de vecinos de O Ribeiro afanados en la recogida de la uva, el alcalde de Beade, Senén Pousa (PP), un amante confeso del franquismo que convirtió su despacho en un museo de simbología preconstitucional, se preparaba ayer para una jornada de trabajo en las viñas. Un ataque con una potente bomba de fabricación casera, registrado a las 3,40 horas de la madrugada en la casa consistorial donde se encuentra el indisimulado altar al dictador, alteró el orden del día. Pousa, regidor desde la Transición, se desgañitaba, iba y venía frente al ayuntamiento reafirmándose en su ideología consentida por el PP, después de un atentado que se produce tras unas recientes declaraciones donde reiteraba alabanza al régimen. "Mi idea no me la saca nadie, ni con bombas. Voy a seguir igual, no molesto a nadie. Me voy a presentar a las próximas elecciones y seré alcalde con mayoría absoluta. Vaya con el PP o no", dijo ante la prensa. Su organización condenó enérgicamente el acto violento pero soslayó la actitud de su regidor pro franquista. Cada vez que lo telefonean suena el Cara el sol.

Tabiques y bloques de perpiaño aniquilados, metralla en el techo, la puerta propulsada a metros de distancia, carpetas y expedientes desperdigados por el suelo y el despacho al caudillo, ubicado en una de las dependencias de la planta baja, con daños y desorden por la deflagración. Botellas de su cosecha rotuladas con símbolos franquistas se salvaron. Un artefacto de fabricación casera, con tres o cuatro kilos de explosivos, confinado en una olla a presión y colocado en una jardinera en la puerta arrancó de cuajo la fachada de la consistorial y alentó la sospecha de una actuación violenta de corte independentista. No hubo heridos. "Está claro que es una operación radical", afirmó el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en una entrevista matinal.

Las autoridades ven similitudes por el modus operandi y ataques recientes en Galicia, como el registrado en un cajero de Vigo hace dos meses, con el tipo de artefactos utilizados por Resistencia Galega. "Había ánimo de hacer daño", advirtió a las puertas del ayuntamiento el subdelegado del Gobierno en Ourense, Roberto Castro. Aun con la impresión de los investigadores -en torno a las seis de la mañana registraron el lugar de la explosión y recogieron restos los artificieros TEDAX de la Guardia Civil y una unidad canina-, Castro optó por ser cauteloso: "Las circunstancias apuntan a una determinada dirección, pero es aventurado". Ningún grupo ha reivindicado el atentado por el momento. No hubo aviso previo.

El regidor, al mando desde el 74, no acusó pero tildó a los autores de "salvajes" y "cobardes". "Hace 13 años que estoy amenazado por ETA, pero no creo que vinieran de tan lejos". La explosión ha ocasionado cuantiosos daños en el edificio de dos plantas, inaugurado en 1984 por el expresidente de la Xunta Gerardo Fernández Albor. Devastó la estructura y mobiliario del vestíbulo y el despacho del secretario, e hizo añicos pasamanos y radiadores de forja.

A media mañana se registraron desprendimientos en el interior del concello y unos operarios apuntalaron la entrada del edificio. Al final de la tarde el boquete quedó tapiado. En un primer momento, efectivos de Emergencias de Ribadavia ayudaron a retirar escombros. También se registraron daños en el piso superior, donde se celebran los plenos. El ayuntamiento, que espera colaboración económica de otras instituciones, espera el análisis de los peritos del seguro para cifrar el alcance de daños.

Beade dormía tras el primer fin de semana de vendimia. El ataque hizo temblar viviendas, se percibió a 20 kilómetros de distancia, en Castrelo de Miño o Carballeda de Avia, y reventó los cristales del centro médico, al otro lado de la carretera, cortada durante dos horas. Varios vecinos alertaron al 112 tras percibir una fuerte explosión y, acto seguido, cómo una columna de humo salía del concello. "Sentí el petardazo y me levanté pensando que sería un rayo". Los vecinos arroparon al regidor, que durante años organizó misas en honor a Franco cada 20-N: "Al alcalde se le tumba con votos, no con bombas". "El edificio es del pueblo, no del alcalde, los daños los sufrimos nosotros".

La hija acusa al PSOE

El ataque y las palabras recientes de Pousa enardecieron los ánimos. La hija del regidor, Mari Carmen Pousa, acusó al portavoz del PSOE, Miguel Carreiro, de "terroristas" e instigar el atentado, por "apuntar con las declaraciones para que otros disparen; estarías orgulloso si mi padre hubiera muerto". El concejal acudió al juzgado de Ribadavia a presentar denuncia contra la mujer, el regidor y su nieta, que es la segunda teniente alcalde. "Él es franquismo, siempre lo dijo. Tiene sus ideas, que no le hacen daño a nadie. Las bombas, sí", afirmó la hija, que achacó millones de muertes a otros regímenes como el comunismo.