Un grupo de investigadores de la Universidade de Vigo acaban de descubrir 42 petroglifos en la comarca de Monterrei, convirtiendo así a esta zona en una de las más prolíficas en este tipo de yacimientos. Los enclaves del descubrimiento, Cidade das Chas y el Castelo da Lobarzana se hacen así un hueco en el patrimonio gallego, a la espera de que se realicen los trámites oportunos para que estén registrados por la Dirección General de Patrimonio.

Se trata de un tipo de petroglifo muy sencillo, que consiste en el diseño combinado de varios agujeros sobre la piedra, en los que la profundidad puede variar desde pocos milímetros hasta cinco centímetros. Aunque es muy difícil situarlos en un período histórico concreto, las primeras investigaciones apuntan a que se tratan de petroglifos prehistóricos y de la época antigua.

El director del proyecto, el arqueólogo Félix González Insua, afirmó que "los motivos, el tipo de grabado sobre la roca, los surcos y la degradación del petroglifo indican que se tratan de la época prehistórica, pero las investigaciones continuarán porque aun estamos en la fase inicial". Además de este profesional, la investigación está apadrinada por la decana de la facultad de historia del campus de Ourense, Beatriz Comendador, dentro del proyecto Alto Támega, amparado además por varias asociaciones de la comarca.

Y es que este descubrimiento es resultado de varios meses de sondeo sobre el terreno, que comenzó en agosto a raíz del interés que suscitaban los petroglifos de Covas Rubias en Vences, encontrado tras la apertura de una pista forestal, y el de As Pisadiñas en Laza, dañado en noviembre de 2012 tras el paso de un bulldozer. El proyecto inicial consistía en la limpieza y registro de ambos, realizándose también una reproducción digital de los motivos grabados en ambas rocas: "Fue cuando nos dimos cuenta de la existencia de estos 42 petroglifos", afirmó el director de la investigación que fue consciente de que "la zona del Támega aun sigue siendo muy desconocida en este tipo de hallazgos arqueológicos, también como resultado de que la única universidad que empezó a realizar este tipo de investigaciones fue la de Santiago (la de Vigo es muy reciente), y es lógico pensar que se limitasen a las localidades limítrofes a la capital".

El significado de este tipo de restos se desconoce por completo, pero suelen aparecer a lo largo de caminos y concentrados alrededor de ciertos castros, como en el caso del Búbal o el Támega. Existen varias referencias literarias que hablan de representaciones de estrellas y de constelaciones, pero los expertos evitan especular cualquier explicación.

Estudio previo

El encargado de poner a este grupo sobre la pista de estos restos fue Bruno Rúa, autor del libro Guía de arqueoloxía do Alto Támega donde ya se habían identificado 37 petroglifos en menos de tres hectáreas de terreno, a los que se suman los 42 encontrados en este mes. Tres de los restos fueron hallados por el vecino de Vilaza, José Ramón Feijoo. Se trata del petroglifo de coviñas, en el margen del Támega a su paso por este municipio y dos piedras, usadas como alto de una escalera y marco de una finca.

Hasta el próximo 20 de septiembre las investigaciones continúan su curso, sobre todo en las zonas de Monterrei, Vilaza, Oimbra y Vilardevós, siendo esta última la enclavada en la denominada "fraga dos lobos". El objetivo se sitúa en precisar la relación que existe entre los petroglifos hallados recientemente y los que ya se conocía su existencia "para cerciorarnos por completo de si todos ellos son prehistóricos o hay alguno medieval, así que realizaremos un estudio territorial poniendo todos en relación", apuntó el arqueólogo.

Y al margen de descubrimientos prehistóricos, Félix González quiso remarcar que "lo más importante es que se de a conocer esta zona como un lugar rico en yacimientos, ya que hemos pasado de contar con dos petroglifos a observar más de cuarenta". Esta riqueza ha suscitado la posibilidad de que Puertas de Galicia, integrada por los doce concellos que forman parte de las comarcas de Monterrei y Conso-Frieiras, elaboren una ruta desde Vilaza ata As Chas para dar a conocer este inusual y valioso patrimonio.