"Cóbrame mi café y anótame otro pendiente". Esta frase, que hasta hace poco hacía referencia a los clientes deudores que anotaban sus cafés para pagarlos en días posteriores, ha mudado de significado en los últimos meses. "Tener un café pendiente" es ahora un símbolo de ayuda a los que no pueden permitirse tomarse esta bebida y nos permite entender que España sea uno de los países más solidarios del mundo.

Nacida en Nápoles en 2008, la idea consiste en pedir un café, pero pagar dos, de forma que el que se ha abonado de más queda pendiente para personas que no tienen recursos. Cinco años después se ha expandido por Europa y ha llegado, no solo a nuestro país -con más de 200 establecimientos adscritos- sino que está empezando a calar con fuerza en Ourense. Y es que ya son cinco los locales de la capital inscritos en la página web encargada de gestionar la iniciativa, aunque poco a poco más establecimientos se están animando con los cafés solidarios.

El primero en sumarse a esta idea fue el Café Karaoke Rías Baixas, en el barrio de A Ponte. Su gerente, Julio Rodríguez, se mostró muy contento con los resultados y afirmó que "está funcionando muy bien, normalmente tenemos pocos cafés pendientes porque cada día damos los que nos van dejando los clientes". Una iniciativa solidaria que desconoce mucha gente, pero que en el momento de saber en que consiste deciden aportar su granito de arena.

Pero no solo de cafés va la cosa, sino que los clientes también pueden dejar pendiente un bocadillo, un refresco o, incluso un menú. A veces son los propios dueños del local los que deciden colaborar aportando bollería cuando se toma un café, como el caso del bar Caldas, también en el barrio de A Ponte. Otros se decantan por incluir un menú en la pizarra solidaria cuando alcanzan un determinado número de cafés, porque "lo importante es que la gente vea que todos podemos colaborar con muy poco", declaró Julio Rodríguez que también se muestra satisfecho con la solidaridad de sus clientes: "Tenemos unos clientes que suelen dejar varios cafés pendientes, por eso no es de extrañar que repartamos entre 30 y 50 cada mes".

Y aunque pueda haber personas que se aprovechen de la coyuntura para tomar un café gratis, los dueños de los locales adscritos coinciden en que "normalmente a la gente le da reparo pedir un café solidario", afirmó Francisco Fernández, gerente del bar Caldas que además manifestó que "siempre recordaré la vez en la que vino un señor sin recursos, pidió su café solidario y en una semana volvió y fue él quien dejó uno pendiente porque en ese momento tenía dinero para pagarlo".

Por eso no sorprende que el momento elegido por muchos para pedir estos cafés sea la hora del cierre, o por la noche en el caso del Rías Baixas por permanecer abierto las 24 horas del día. "Viene un grupo que suele consumir los que tenemos cada día y no podemos acumular", dijo Julio Rodríguez. Sin embargo, el otro local que posee en el centro de la capital tiene numerosos cafés pendientes a los que se le suman bocadillos y menús, probablemente "porque Ourense no deja de ser una ciudad en la que nos conocemos todos y habrá personas que no quieren reconocer que necesitan una ayuda", declaró Rodríguez.

A estos establecimientos se les une también la Parrillada San Andrés, en O Carballiño y el bar Everyday en Allariz. En total son cinco los locales inscritos en la página web cafespendientes.es aunque hay constancia de más bares que se están haciendo eco de esta idea, como la cafetería La habitación de niña caracol o el bar Lubre. Y es que cuando se trata de ayudar, toda idea es buena.