Ourense ocupa una depresión orillada por el Miño y las montañas que sepultan la ciudad son el punto de mirada obligada de los últimos días. Tampoco ayer hubo respiro. Nuevos incendios en el cinturón urbano prolongaron la alerta. Uno se declaró en A Rabaza y otro en matorral rozó el parque de Montealegre. Ni el parte oficial de la Xunta permitió un desahogo. Medio Rural daba por extinguidos al amanecer los dos grandes incendios que, el miércoles, sembraron el caos de forma simultánea al rodear decenas de casas en dos zonas enfrentadas a ambas márgenes del Miño, en Cudeiro, por un lado, y A Lonia, Velle y Sabadelle, por el otro.

Pese al estado de extinción, brigadas, vecinos y bomberos tuvieron que enfrentarse ayer, en el tercer día en alerta, a sucesivos rebrotes y nuevos focos en la zona. A mediodía incluso volvieron los aviones a descargar agua y retardantes.

Entre A Lonia y Mende la tierra quemada escupía columnas de humo de mayor envergadura cuando la niebla matinal se disipó. Vecinos con mangueras recorrían el perímetro viendo cómo el agua no era suficiente. En agosto y tras un incendio voraz, el suelo continuará ardiendo. Los Bomberos de Ourense, con diez profesionales a dedicación completa para proteger los alrededores de la ciudad, realizaron siete salidas del parque, solo dos fueron por nuevos focos. En Cudeiro "plantaron en un árbol al lado de la carretera", pero las unidades lo extinguieron. Las reproducciones posteriores a la supuesta extinción los llevaron a Velle, Canibelos y A Lonia.

La presencia de maleza, pinos y acacias -un árbol que favorece la combustión- favorecieron reproducciones, manteniendo a los retenes de extinción y a vecinos en alerta. En Sabadelle, el núcleo de Pereiro de Aguiar donde a punto estuvieron de arder dos casas el miércoles, se registraron dos reproducciones posteriores al parte de la Xunta que acabaron en conatos. Ardieron 3.000 y 200 metros cuadrados entre poco antes de las dos y las cinco de la tarde. En otra localidad limítrofe a Ourense, también de Pereiro de Aguiar, la noche del jueves "plantaron en tres puntos distintos en la zona de Cortiñas, cerca de las casas", según el alcalde, Eliseo Fernández. Ayer se reavivó. A las 22,30 horas saltaba una nueva alerta en la misma zona. Fuentes del servicio de extinción también alertaron de la existencia de un rebrote en San Lorenzo de Piñor (Barbadás), de nuevo en la periferia. Medio Rural dijo no tener constancia de ningún foco.

La noche del jueves llegó con las llamas llamando a las puertas de viviendas de A Lonia de Arriba, tal y como residentes relataban a este diario. A las 23,30 se desactivó el nivel 1 de alerta. A las 8 de la mañana, tras horas de trabajos a oscuras en los que colaboraron los últimos efectivos de la UME y se realizó algún contrafuego, Medio Rural consideró extinguido el frente de Velle, el principal. Es el flanco más afectado: 127 hectáreas.

En el foco de Cudeiro, iniciado a la vez el miércoles, la estimación provisional cifra en 40 hectáreas el monte afectado. La Xunta declaró extinguido este incendio antes de las 7 de la mañana. En los dos frentes que sitiaron la capital han llegado a intervenir 43 brigadas -no se especifica el número de integrantes-, 18 motobombas y 33 aviones, según el balance de Medio Rural.