A quilómetro y medio de Seadur, mientras el gran incendio de Quiroga y Larouco asediaba la aldea, A Rúa se miró a sí misma para evitar otra tragedia. Un fuego declarado en torno a las diez de la noche por un posible cortocircuito en un viejo inmueble de la Rúa do Progreso, la arteria principal de la localidad, mantuvo en alerta durante toda la noche a efectivos de emergencias. Los Bomberos de Valdeorras, en mitad del pavoroso incendio forestal, tan siquiera pudieron descansar. La práctica totalidad de la plantilla, los efectivos de permiso y vacaciones incluidos, se afanaron para que el fuego urbano no se propagara sin control por las viviendas colindantes. Las llamas se iniciaron en la parte trasera del inmueble, con planta baja parcelada en dos comercios y dos alturas.

El único morador, un señor de unos 80 años que vivía de alquiler en la segunda altura, fue rescatado por los vecinos. Fue atendido en la calle y no quiso ser trasladado. Su hija, que vive cerca, lo ha acogido. Un operario del servicio de Protección Civil de O Barco, de 21 años de edad, resultó herido en un hombro y fue trasladado al hospital comarcal.

La reacción ciudadana evitó mayores destrozos. Las personas concentradas en el lugar realizaron una cadena humana para retirar objetos de una tienda de confecciones e impedir que sirvieran de mayor combustible para las llamas que las vigas y elementos de madera. En la planta baja también se ubica una carnicería. Los bomberos retiraron el género servible, el que estaba confinado en el frigorífico, al concluir la extinción. Los peritos realizaron ayer la primera inspección del lugar del suceso.

El fuego devoró el inmueble antiguo, de más de 60 años, y que los técnicos municipales deberán revisar con detalle antes de decidir si procede tramitar un expediente de ruina. Ayer, según el alcalde, Avelino García (PP), la primera inspección "visual" descartó que toda la estructura estuviera comprometida. El incendio se extendió a la casa colindante, con el tejado afectado por la parte posterior.

El fuego no pudo ser controlado hasta las 5,30 horas de la mañana y la extinción se demoró hasta primera hora. Por la tarde dos motobombas de los bomberos continuaban refrescando el interior. La salida de vapor de agua confundió a algunos vecinos y se repitieron las llamadas de alerta.

La Policía Judicial acudirá hoy el inmueble destrozado para determinar las posibles causas. Las fuentes apuntaron al mal estado de la instalación o a una lámpara deficiente.