Una oleada de contratos temporales, sin publicidad, sin informes y al margen de la ley, formalizados en 8 decretos "de su puño y letra" entre enero y marzo de 2010, justo antes y después del congreso del PP de Ourense que posibilitó el primer relevo -antes del traspaso de la Diputación- de padre a hijo. Según las identidades de los beneficiados y la descripción de afinidades que el PSOE puso en manos del fiscal jefe con una lista de 400 "enchufados" que trabajan o trabajaron en la institución, al menos 26 de las 104 personas contratadas eran a ciencia cierta cargos municipales del PP o familiares directos de ellos. Un total de 19 personas, como mínimo, fueron compromisarios con derecho a voto en la cita orgánica de 2010 o, en cuatro de estos casos, hermanos de delegados. El juez detectó la afinidad aludiendo al congreso en el que "curiosamente", apostilla en su auto, el hijo triunfó en 2010, cuando las espadas estaban en alto con el PPdeG y Núñez Feijóo.

Entre los empleados con una comprobada afinidad política figuraban un edil y compromisario de Baños de Molgas que recibió trabajo como peón en una granja; un cargo de Novas Xeracións que fue peón en el Teatro Principal; una candidata en Ribadavia que logró empleo como ordenanza en el mismo centro dependiente; una edil y compromisaria en el congreso designada técnica "en igualdad de oportunidades"; una concejala en Sandiás contratada como auxiliar de oficina para la imprenta propia en pérdidas; una candidata por Cualedro, recepcionista en el Centro Cultural que elevó por aquel entonces a 26 el número de porteros; un concejal y compromisario de Verea dado de alta como albañil; un candidato y también delegado empleado como peón en el polideportivo Paco Paz; e incluso un hijo de un tránsfuga de Castro Caldelas para labores de mantenimiento en el Teatro Principal.