Ni los ganaderos han aceptado aún la colocación del microchip que impone el decreto equino ni la Xunta ha renunciado a exigírselo, pero la voluntad de acuerdo de ambas partes permitirá celebrar con normalidad la temporada de curros en la comarca, que ya arrancó el pasado 12 de mayo en A Valga -cuyos ganaderos sí aceptaron el transpondedor- y que continuará mañana con el de Torroña.

Modesto Domínguez, presidente de la Asociación de Gandeiros de Cabalos da Serra da Groba, explicó ayer por la tarde, tras mantener una reunión con la directora xeral de Produción Agropecuaria, que aunque las negociaciones no han avanzado demasiado en ningún sentido, el permiso concedido ahora por la Consellería de Medio Rural les permite albergar esperanzas de una pronta resolución.

"Lo importante es que los curros se van a volver a celebrar como siempre, como todos los años", indicó Domínguez, quien señaló que el pacto alcanzado ayer con la consellería exige a los ganaderos adoptar medidas que regularicen formalmente su actividad. "Nos piden que solicitemos permisos de pastoreo a las comunidades de montes", aseguró el presidente del colectivo, que cree que estos documentos podrían servir de garantía a una tradición que ya es milenaria en Galicia.

Pero la identificación de las "burras" sigue sin resolverse. A pesar de que los ganaderos han propuesto a la Xunta la creación de un registro informático de las marcas a fuego tradicionales, el Ejecutivo gallego todavía no se ha pronunciado. La Comisión Europea ya admite este sistema, aunque deja al arbitrio de los gobiernos regionales su aceptación o no.

El tema ni siquiera se puso ayer sobre la mesa, reconoció Modesto Domínguez, para quien la prioridad es ahora recuperar la cabaña equina. La crisis y el conflicto del microchip ha reducido a la mitad el número de caballos salvajes en los montes miñoranos.

Tras el curro previsto mañana en Torroña, se celebrarán los de Mougás (9 de junio), Morgadáns (16) y San Cibrán (23).