José Manuel Freire Couto deja la presidencia del Inorde envuelto en la polémica sobre su abultado patrimonio y las dudas sobre la eficacia de su gestión al frente de un organismo dependiente de la Diputación cuyo fin es el desarrollo económico de la provincia. Su renuncia se ha disfrazado como una decisión consensuada con el presidente de la Diputación, José Manuel Baltar, pero es un secreto a voces que se trata de una dimisión forzada.

-¿Con que sensación cierra esta etapa?

-Con ilusión y optimismo, y muy satisfecho de trabajar con personas muy eficientes y buenos compañeros. Me voy con la satisfacción del deber cumplido, y respecto al futuro me ilusiona volver a mi profesión de médico, que es algo gratificante porque es lo que me gusta y es lo mío. Y más cuando la voy a ejercer en mi pueblo, donde nací y viví.

-Su "deber cumplido" la oposición lo califica de ineficacia. Acaban de pedir una vez más que se liquide el organismo.

-La oposición hace su labor pero no comparto eso que dicen, obviamente. En los ocho años que estuve al cargo de lnorde se gestionaron para esta provincia más de 60 millones de euros, en proyectos directos y en colaboración con otras administraciones, una cantidad importante de recursos. Si se reparte en los ocho años salen 7,5 millones por año. Es una recompensa al trabajo de esas personas, que no escatiman fuerzas para conseguir recursos ajenos para esta provincia. En suelo empresarial se invirtieron más de 6 millones de euros, lo que supuso y que nunca se dice, cerca de 2.000 puestos de trabajo en estos últimos años. Pudimos hacer más, ojalá, todo es mejorable.

-¿Teme que José Manuel Baltar, que asumirá la presidencia en su lugar, opte por la disolución del organismo?

-No veo, ni creo, ni deseo que exista ese riesgo para el Inorde. Este organismo subsiste por sí mismo, no consume recursos, sino que los genera. Si consume cinco genera diez, y le quedan otros cinco de superávit. Entonces una administración que genera el doble de lo que consume no tiene por qué desaparecer, sería un error. Nadie deshace una empresa que gana el doble.

-¿Ve normal que del presupuesto anual el 74% se consuma en nóminas?

-Ya, pero el Inorde genera recursos ajenos, más del doble de lo que consume en salarios. Si el presupuesto para 2013 es de un millón de euros, a día de hoy ya está generado el 65 por ciento a mayores.

-¿Dónde están esos recursos?

-En los proyectos que se están haciendo, proyectos europeos, en las estaciones, el suelo empresarial, la castaña, la seta, el olivo? Ahí están y se pueden ver.

-¿Renuncia presionado por el presidente?

-Para nada, esto estaba planificado en la hoja de ruta desde que se hizo el programa de ahorro Ourense 92. Marcamos unas pautas y llegamos a la conclusión de que una vez que se presentasen las cuentas y se liquidase el presupuesto yo tenía libertad para irme dejando las cuentas saneadas. Es muy importante decir esto, dejo una institución saneada con más de 600.000 euros de superávit, sin deudas, y funcionando con un presupuesto gestionado de inversión para este año en torno al 65% a mayores del presupuesto que tiene el organismo. Estoy satisfecho, el momento es el ideal y al nuevo presidente, una vez que conozca a fondo la dinámica del Inorde, no le quedará más que potenciarlo y nunca eliminarlo, porque no tiene lógica. Una empresa que da dinero, y en este caso para la provincia, no tiene sentido eliminarla.

-¿Dejará también la Alcaldía de Barbadás en 2015?

-No tengo nada decidido y menos ahora que me voy para mi pueblo de médico y alcalde. Voy a disfrutar dos años con mis vecinos a pie de obra. Llegado el momento tomaré la decisión oportuna.

-¿Se siente vencido por la polémica sobre su patrimonio?

-La polémica está ahí, la oposición vive de ella. Yo llevo muchos años en política, lo que me da pie para seguir adelante es el apoyo de los vecinos. Lo único que me pone o me quita es el voto y el apoyo de los vecinos. De aquí a dos años que quedan para las elecciones voy a evaluar la sensación que me da el contacto con los vecinos, en función de eso tomaré decisiones. Me siento satisfecho de la labor que hice como alcalde de uno de los municipios que más crece de Galicia, cuadriplicó su población y paso de ser rural a casi urbano, con mucha juventud. Es una ilusión para mí dejar el listón como se lo dejo a los que vengan por detrás.