La memoria de actividades de Cáritas Ourense en 2012 y las conclusiones de su Observatorio de Realidad Social del pasado año demuestran un dato inapelable, y es que, como señaló ayer el delegado de esta organización diocesana en Ourense, Ángel Feijóo Mirón, la crisis ha triplicado en los últimos años los datos de atención y recursos, de modo que en 2012 fueron 13.740 personas, de las cuales más de 5.000 eran personas que representaban en su mayoría a otros tantos núcleos familiares (el 70% familias de Ourense, no inmigrantes), que se quedaron en paro y solicitaron apoyo urgente para alimentación, ropa o dinero o para poder pagar el alquiler de su vivienda y no ser desahuciados.

"En Ourense no solo hay cada año mayor número de familias pobres, sino que desde que empezó la crisis, la intensidad de la pobreza de esas personas, es cada día mayor, y todo apunta a que los datos van a empeorar", lamentaba ayer Ángel Feijóo Mirón durante la presentación de la memoria de actividades de Cáritas en 2012.

Crisis con rostro de mujer

Una pobreza que tiene además un perfil definido, el de una mujer de 35 a 55 años de edad, con estudios primarios, que no tiene empleo y que acude pidiendo ayuda en nombre de una familia, integrada habitualmente por su marido o compañero y un hijo, tras acumular dos o tres años en el paro y haber agotado en muchos casos las prestaciones.

En la jornada de ayer Cáritas presentó también lo datos de su Observatorio de la Realidad Social en 2012, que aportan una contexto más claro de la realidad social de los vecinos de la diócesis, y demuestran "un debilitamiento de la la red familiar", explicó Feijóo Mirón, "pues la familia ya ha perdido su función como núcleo protector de sus miembros".

Además el 45% de los usuarios de los programas de Cáritas s no tiene ingreso alguno, y el 50,9 por ciento de las familias atendidas han pasado de los 297 euros que percibían en 2011 a una media de 283 euros al mes en en 2012. "D ahí que subrayemos que en Ourense, no solo hay más pobres en extensión, sino en la intensidad de su pobreza", apuntó el delegado de Cáritas.

Por otro lado la renta media del 2007 al 2012 cayó un 4%. A eso se suma, según los datos de este observatorio "que el precio de los productos básicos, ha ido creciendo en ese mismo periodo desde que se desató la crisis, en un 10 por ciento. Por otro lado la tasa de paro, que era de un 8,23 por ciento en la provincia en 2007, año de arranque de la recesión económica internacional, se ha disparado hasta un 24 por ciento en 2012, añadió Feijóo Mirón.

No pasó por alto el hecho de que el salario mínimo interprofesional pasó también en ese mismo periodo de los 541 euros a 611 euros y las pensiones no contributivas de 302 euros en 2006 a 354 euros mensuales en 2012

Este contexto económico, laboral y social hace que Cáritas haya tenido que triplicar sus recursos de ayuda, de modo que si en 2008 invertía 70.840 en ayudas económicas directas el pasado año esa cifra ascendió a los 252.052 euros.

Todo esto hace que "la distancia sea cada vez más grande entre familias pobres y ricas en Ourense ; hay una creciente diferenciación ciudadana en el acceso a los derechos y una progresiva dualización de nuestra sociedad", indicó Ángel Feijóo.

En estos momentos el comedor social que Fundación San Rosendo y Concello gestionan en el casco vello, concretamente en la plaza de Eirociño dos Cabaleiros, atiende a una media diaria de 70 personas.

Sin embargo Cáritas tienen en proyecto un servicio de comedor más completo, que permita aumentar el número de beneficiarios hasta al menos un centenar al día y realizar allí tareas de formación o inserción laboral de los usuarios que se encuentren en situación de exclusión social.

Una traba retrasa el proyecto y deja fuera a muchos posibles beneficiarios y es, según indicó Feijóo Mirón, la "la lentitud burocrática".

Según el delegado de Cáritas, "hemos iniciado hace tiempo los trámites para abrir un comedor más completo en el casco viejo de la ciudad, que pueda prestar servicios a más personas e incluso que tengan lugares de aseos, lavandería, sin embargo las administraciones públicas no están al ritmo deseado que pide la sociedad".

En el nuevo comedor que tienen previsto podrían ser atendidas más de cien personas y cree que incluso tendrían cabida como usuarios personas que por cualquier motivo deseen sumarse a este tipo de comedor.