El historial de Fernández Blanco engorda en los noventa. Desde entonces ha vagado por prisiones de Ourense, Cantabria y Salamanca, y esquivado la acción de la justicia. En 1994 fue detenido en una de las mayores operaciones antidroga de la provincia, con un alijo de 1,5 kilos de heroína. Además se le incautaron armas, monedas y vehículos de gran cilindrada.

La aplicación, en su momento, del Código Penal de 1973 permitió refundir todas las penas en una única condena a 25 años. Su deuda judicial vencía en 2011 pero en abril de 2009 le coincidieron el tercer grado por resolución del juez y pese a informes en contra de las direcciones de las cárceles de Pereiro de Aguiar y Topas (Salamanca).

Cuatro meses más tarde aprovechó para darse a la fuga durante un permiso restringido de salida tras el que debía regresar al Centro de Inserción Social (CIS) de Salamanca donde compartía régimen de semilibertad con otros presos. Pero no lo hizo. Un mes después cayó en Ourense después de una nueva escapada. En un control rutinario de alcoholemia le dieron el alto pero huyó tras empujar a un agente. Días después fue arrestado en el centro de Ourense. Incluso entonces se resistió y pretendió fugarse otra vez.

Rapto frustrado en 2001

"Paspayo" esquivó la bomba preparada para él dentro de una bolsa de basura a la puerta de su casa de Celanova. Un artefacto casero colocado en enero de 2003 explotó ocasionando lesiones de carácter leve a su suegra, que había acudido a abrir, así como destrozos en todo el edificio. Desde el momento se vinculó el atentado frustrado con un ajuste de cuentas. El narco de Celanova, en tercer grado por aquel entonces, se salvó por haber parado a tomar una copa en un bar. Dos años antes "Paspayo" fue víctima de un intento de rapto.