Cuando en O Couto se orean las ventanas, huele a salsa, a cumbia, a ballenato, al ají picante de la gastronomía africana y a mamajuana, el brebaje de hierbas en el que se macera el licor del mismo nombre, y con el que la numerosa colonia de dominicanos residentes alivia la nostalgia de su Santo Domingo natal, a tragos de ron y de merengue, en el bar de Marisela.

Y es que O Couto, el barrio más populoso y enraizadamente ourensano de la ciudad de As Burgas, y especialmente sus calles de Jesús Soria y El Greco, se han convertido en la meca de la inmigración, (hay un total de 16.297 extranjeros en la provincia de Ourense según el último censo) que han dado un giro a los acentos, los comercios y a la gastronomía. No se sabe aún por cuanto tiempo, pues la colonia está iniciando un lento pero imparable éxodo. "Aquí está faltando el trabajo, pero resisto porque tengo cuatro hijos que alimentar", sentencia Robinson Hernández , albañil y natural de Colombia.

Pese a todo, nombres como "El colmadito", "Ipanema", o "Tierra Mía", tienda esta última regentada por la paraguaya Ilda Peralta y una especie de "after hours" de la alimentación con productos de todos los continentes, especialmente latinoamericanos, son el símbolo de una sociedad mestiza, que también ha llegado a esta esquina miñota de la piel de toro, en la que parecía que nunca iba a cambiar nada.

Cuando hace poco ardió un piso en Jesús Soria, por la escalera de incendios del coche de bomberos, bajó la ONU: los colombianos del primero en ropas menores; el grupo de senegaleses del ático en calcetines, las dominicanas del tercero jaleando un "¡qué me ahogo papito!" sin perder, pese al susto, su sosiego de azúcar.

"En estas calles hay casas muy viejas y con rentas baratas, ese es el motivo por el que abunda tanto los extranjeros en la zona", explica Ilda Peralta.

Está al frente de "Tierra Mía", una tienda de calle Jesús Soria en cuyos escasos 30 metros de superficie se alinean gastronomías de todos los países. "Tengo", explica Ilda, "desde guanadulces (una variedad de guisantes) a leche de coco típicos de la cocina de República Dominicana, hasta los frijoles y el faisco brasileño, cachapa venezolana, a pasta de cacahuete o los picantes típicos de Senegal, pues en el barrio viven también muchos africanos".

En un minuto, al borde del mostrador de su negocio, que hace también recarga de móviles, llamadas internacionales o giros a todos los países se juntan al menos tres nacionalidades. Como la guineana Elsa Akang: "Vengo a buscar ají, un picante típico de África, aunque a mí lo que me gusta es el pulpo, tienen en Ourense una gastronomía estupenda".

La mayoría de los inmigrantes se lo piensan antes de contestar en que trabajan. Lo que tiene claro es que somos culturas muy distintas. "Ustedes viven con los papás hasta los 50 años, nosotros a los 18 ya somos independientes. Miman mucho a sus hijos. ¡Denle palo africano como dice mi abuela!", bromea Elsa.

Marisela Pérez dominicana, regenta el bar "Ipanema" en O Couto, desde hace seis años. "En , en mi local tenemos gente de todas las nacionalidades, pero ahora hay mucha tristeza, la gente gasta menos y me cuentan muchos problemas. Tomar y bailar salsa en mi bar les ayuda a desconectar los fines de semana". Les importa el presente y un poco menos el futuro, porque el pasado siempre les ha ido peor.

Osvaldo, el peluquero: "Me piden cortes de pelo de futbolistas" - La salsa del cantante Maelo Ruiz y su tema "Dile a tu dueño" , que narra un bucle de celos y despechos en una relación a tres es el tema de cabecera de Osvaldo Rachel (de pie, en primer término), el dominicano, que lleva la sección de varones de Peluquería Rachel, en Jesús Soria. "Mis clientes suelen ser dominicanos y me piden cortes muy modernos, sobre todo de futbolistas, como este corte fei que estoy haciendo ", afirma mientras siega a conciencia la ensortijada cabellera de un compatriota. Le gusta Ourense, pero reconoce que "nosotros somos más alegres, venimos de países pobres y somos felices con menos".