Desde que en 2003 se aprobase definitivamente el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) del Concello Barbadás, las modificaciones puntuales, así como los cambios de edificabilidad, se sucedieron, y obedecían al interés del alcalde, el popular José Manuel Freire Couto, y de los constructores y promotores, algunos de los cuales llegaron a desarrollar una intensa actividad en el municipio, entre los que se encontraba el concejal del grupo del gobierno del PP, Felipe Rodríguez Vide. Con el cambio de calificación del suelo: de rústicos pasaron a edificable, cumplía el objetivo marcado, y este no era otro que un nuevo desarrollo urbanístico, centrado en la construcción de un gran número de viviendas, entorno a 500.

Las modificaciones puntuales del planeamiento se sucedieron desde 2008 a 2011, y en algunos casos no llegaron a presentarse al pleno, como así lo reconocía el propio alcalde, Freire Couto, en mayo de 2008 al diario "El País", por entender que no eran modificaciones del Plan de Urbanismo, y si "del desarrollo urbanístico de las áreas de reparto", y justificó que no las presentaron a pleno debido a que "las aprobaciones iniciales de las áreas de reparto son competencia de la comisión de gobierno", aunque posteriormente, y con la modificación de la legislación, pasó a ser imprescindible su paso por el pleno para poder realizar cambios en el planeamiento.

El objetivo de los sucesivos cambios, como luego se pudo constatar en los documentos a los que tuvo acceso FARO, no era otro que desarrollar un área de reparto, la AR-10, en A Valenza, en el entorno conocido como el parque de los Patos, con una superficie de 76.000 metros cuadrados, de los que 66.000 metros cuadrados eran residenciales y 5.700 metros cuadrados comercial. Además, los valores catastrales revelan ese objetivo de la recalificación del suelo, ya que su valor, como sucede con una parcela llegó a superar los 223.000 euros.

La estrategia estaba clara, y los últimos cambios afectaban a la edificabilidad en altura y al volumen de los inmuebles previstos a desarrollar por constructores y promotores relacionados directamente con el alcalde, Freire Couto, y en algún caso compañeros de gobierno municipal, como los exediles José Ramón Fernández, Felipe Rodríguez Vide, y Antonio Currás, como denunció en su momento la oposición -PSOE y BNG-, al advertir de una supuesta operación especulativa en toda regla, y eso que en esos momentos desconocían el sustancial incremento del valor catastral.

La compra de esos terrenos rústicos que luego por obra del PXOM y de las modificaciones puntuales se convirtieron en suelo edificable, no supuso un obstáculo, ya que los pequeños propietarios de terrenos optaban por vender al no poder asumir el coste de la urbanización, que le correspondía a la junta de compensación, por lo que la decisión estaba clara: vender el terreno de monte o con algún cultivo a cambio de algún piso en las futuras edificaciones. Los constructores y promotores, bien a titulo personal o a través de sus diferentes empresas, así como el alcalde, Freire Couto, que lo hizo por medio de la empresa familiar Eichoa S.L., cuyas administradoras son su mujer e hija, fueron comprando parcelas, y poner en marcha un macro proyecto que contemplaba un total de nueve edificios de ocho planta y bajos, así como plazas de garaje.

Esas modificaciones a la carta, como las calificó la oposición, suponía que se suprimiesen viales, como reconoció Freire Couto, al igual que se producía una importante reducción de las zonas verdes previstas, con el objetivo de ganar mayor edificabilidad.