El Partido Popular de Ourense echa las redes en río revuelto. A primera hora de un sábado, los populares acudieron a la jefatura de la Policía Local -la única oficina municipal abierta- para pedir la convocatoria de un pleno extraordinario con el que ahondar en la hemorragia del ejecutivo en crisis por los gastos en fiestas, tickets de viajes, almuerzos y copas; en un movimiento que por la tarde propició la contestación del Concello y la primera petición de disculpas del regidor desde que FARO reveló la sospechosa contabilidad. La iniciativa del PP propone la reprobación del alcalde "por su gestión y actitud" tras justificar, el viernes por segunda vez después de días de eco y escándalo, las cuentas y el préstamo oculto a un funcionario. La amonestación se someterá a votación del pleno, donde los socialistas carecen de mayoría, reclamándose además en el único punto del día que el regidor dimita. Agustín Fernández, convencido en seguir, lo estudiará "por respeto a los ciudadanos".

El órdago del PP mide, sobre todo, la capacidad de reconciliación del gobierno socialista y pone a prueba la confianza deteriorada de su exsocio ante la ausencia de arrepentimiento y la batalla fratricida de las dos familias del PSOE en Ourense. Los nacionalistas informaron de que está previsto un Consello Local para dilucidar su postura sobre esta cuestión. La petición del PP buscaba justo el posicionamiento del BNG, que será clave en esa sesión al confirmar ayer Democracia Ourensana su voto a favor de la reprobación del alcalde. El viernes, tal y como publicó FARO, el Bloque amenazó con bloquear los presupuestos y el PXOM, dos de los proyectos clave de la ciudad a corto y medio plazo, molestos por el retraso en las disculpas y la obstinación del alcalde en defender las controvertidas cuentas sin asumir error alguna hasta la rectificación por escrito de ayer.

Los populares, en contraposición con el grupo del PSOE dividido internamente, escenificaron en la sede de Progreso una imagen de unidad aparcando la disparidad interna, que todavía existe, por una estrategia de partido. Además, se postularon para tomar el mando tendiendo la mano a aliados -PP y PSOE tienen mismo número de ediles, 11-, incluido al BNG, según el portavoz Rosendo Fernández. Esto mereció el reproche del ejecutivo. "Es vergonzoso que el portavoz del PP no tenga escrúpulos en reconocer públicamente que pactaría con cualquiera por gobernar". Las declaraciones puestas en boca del alcalde fueron a más: "Pone de manifiesto la insaciable ambición de poder del portavoz. Se vendería a cualquiera. Es una falta de criterio, coherencia y valores".

El movimiento de los populares de la ciudad continúa la senda de estrategias marcada el jueves, tras el Consello de la Xunta, por el líder gallego. Alberto Núñez Feijóo corresponsabilizaba entonces a PSOE y BNG de la crisis institucional del consistorio de As Burgas y exigió un "gobierno estable". Tras el mantenimiento de discurso del gobierno controlado por los "paquistas" y la frase que mejor resumió la desobediencia socialista a la llamada al orden del PSdeG -"¿Pedir perdón, de qué?, dijo la titular de la cuentas de las fiestas, las comidas y el alcohol- el PP no ahorró ayer calificativos.

"No existen proyectos ni planificación alguna para desarrollar la ciudad; sin presupuestos en vigor para este año ni visos de que sean aprobados en las próximas semanas", denunciaron los populares. Negando una ambición de llegar al poder para poder tener decisión en proyectos puntales como el PXOM en desarrollo que reduce edificabilidad o la integración urbana del AVE y el proyecto de estación, Rosendo Fernández afirmaba que lo que importa es "la gestión municipal". Ourense, dijo el portavoz, "no se merece lo que está sucediendo".