A los afectados por las preferentes no les valen más perdones de Novagalicia Banco. Ayer volvieron a irrumpir en las calles con sus camisetas amarillas y entraron en la oficina de la calle Paseo para recordar que siguen sin disponer de su dinero, retenido por la entidad en forma de participaciones que ellos no autorizaron o que si lo hicieron fue bajo el engaño sin saber que adquirían un producto de alto riesgo financiero.

La indignación de este colectivo crece cada día ante la ausencia de una solución que evite la vía judicial para todos aquellos que se quedaron fuera del arbitraje. Según la plataforma de afectados en Ourense, todavía quedan 55.000 familias en Galicia (unas 10.000 en esta provincia) esperando una solución y avisa de que "no vamos a parar hasta recuperar el dinero".

Además, los preferentistas critican que Novagalicia Banco esté enviando cartas a los afectados a los que ha devuelto el dinero por la vía del arbitraje "invitándolos" a depositar de nuevo sus ahorros a plazo fijo. La carta incluye un cheque nominativo por el valor de los intereses que se cobrarían por adelantado.

En la misiva, el director de la oficina correspondiente reconoce que en "alguna ocasión" la entidad no cumplió las expectativas depositadas en ella por el cliente y anuncia una "nueva forma de ser y de hacer" basada en la claridad y la transparencia. Y como prueba de buenas intenciones, NCG ofrece al cliente un depósito a plazo fijo que le da los intereses por adelantado. La plataforma facilita una copia de una de estas cartas para un cliente que recupera sus 30.000 euros ahorrados y se le propone mantenerlos durante 25 meses en la entidad a cambio de una aportación de 1.300 euros en intereses calculados a un tipo nominal de 2,63%. De aceptar, el cliente tendría que formalizar el depósito en la oficina y ya podría disponer del dinero que figura en el cheque, "así de sencillo, transparente e inmediato", reza la carta.

A la plataforma de afectados les ha molestado esta oferta con "regalo" incluido, así como el tono de la misiva en la "piden perdón" y concluye con un "más hechos, menos palabras". Los preferentistas que se califican a sí mismos como "estafados" señalan que eso precisamente es lo que llevan meses reclamando, "más hechos y menos palabras", ya que están "hartos" de que se les pida perdón "pero no hagan nada por devolvernos el dinero".

Los afectados creen que la nueva dirección de la entidad debería "sacar la documentación" que informaba sobre como vender preferentes y subordinadas, y en el caso de estas últimas, el escrito (del que ellos tienen copia) en el que se indicaba que podían venderse al público general. Dudan de la legalidad de la comercialización de estos productos y piden a los directivos "que pasen a la acción y descubran a los culpables de esta estafa". Los cientos de afectados que no podrán recuperar la totalidad de su inversión sin recurrir a la vía judicial aseguran que "sí queremos un plazo fijo, pero con el dinero que nos pertenece".