Eran tiempos de promesas y compromisos. En abril de 2011 aterrizó en Ourense el por aquel entonces ministro de Fomento, José Blanco, para firmar, con la solemnidad propia del proyecto, un protocolo para la integración urbana del AVE en la ciudad con el que en aquellos momentos era regidor municipal, Francisco Rodríguez.

Pero quedaba pendiente el convenio que debería dar forma a una integración de alta velocidad que se había demorado en el tiempo, que se visualizó con la falta de concreción en plazos e inversiones, que continúan en la actualidad.

Blanco y Rodríguez, que fueron fieles al guion establecido, escenificaron un acuerdo que debería consolidar la ansiada llegada del AVE, con nueva estación intermodal incluida, y cuyo concurso se terminó gestando cuando el gobierno socialista en Madrid estaba en funciones.

Un protocolo que se quedó a medio camino del convenio y concreción de proyecto, y los protagonistas de la firma se vieron inmersos en sendas operaciones de corrupción que se investigan en Lugo. Blanco en la Campeón, y Rodríguez, en la Pokémon, pendientes de concluir.