La integración urbana de la alta velocidad en Ourense se convierte en el gran debate tanto en clave política como social, sobre todo después de la dudas que surgieron sobre el proyecto del último tramo, en torno a 17 kilómetros, pendientes de licitar por parte del Ministerio de Fomento.

Y si el alcalde de Ourense, Agustín Fernández, que lo considera pieza clave de la denominada "declaración de as Burgas", anunció su intención de hacer un llamamiento a la ciudadanía para reclamar que se ejecute el trazado de la variante exterior, por parte del Ministerio de Fomento se responde con el argumento del estudio que realizan los técnicos, debido al alto coste económico de esa última plataforma para la llegada del AVE.

Con el soterramiento de vías como telón de fondo, solicitado en su momento por el Partido Popular, contando con el apoyo de la patronal ourensana y la Cámara de Comercio, así como otros colectivos sociales y vecinales, y las dudas que surgen sobre el macroproyecto de la nueva estación, previo concurso para adjudicar el proyecto, que finalmente se lo llevó el arquitecto Norman Foster, la integración sigue a día de hoy sin concretarse.

Y mientras el alcalde envía misivas a instituciones, entidades y a la ciudadanía para preparar una gran movilización de apoyo a la variante exterior, y cuestiona los datos económicos del coste que tendría aportados por el Ministerio de Fomento, las propuestas se convierten en objeto de debate, con la coincidencia de que la llegada del AVE o se debe demorar en el tiempo.

Es por eso que de los cerca de 800 millones de euros, incluida la nueva estación del AVE -con un presupuesto superior a los 60 millones más el IVA- a ubicar en la actual estación Empalme, a los que aludió la ministra de Fomento, Ana Pastor, en su reciente intervención en el Senado, para dar respuesta al senador socialista, Miguel Fidalgo, por parte del Concello se rebaja la cuantía económica a los algo más de 500 millones de euros.

Movilización

Pero tal y como están las cosas, y después de los últimos acontecimientos, el gobierno socialista, por boca del alcalde, entiende que no queda otra que una "fuerte movilización" institucional, empresarial y ciudadana para "salvar el proyecto" del AVE en Ourense, y rechazar de plazo que se pueda recuperar lo que califican como el "trazado de la vergüenza", aquel que en su momento había expuesto el por entonces ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos.

Es por eso que en el pleno de abril el debate se centrará en las propuestas que presenten los diferentes grupos políticos, y que ya fueron anunciadas, con el objetivo de que se cumpla lo que se había aprobado en su momento, aunque los populares reprochan a los socialistas que en su momento optasen por las decisiones "unilaterales", y evitasen contar con la Xunta de Galicia en los acuerdos que se adoptaron.

Sobre está cuestión fue especialmente crítico el presidente de la Diputación, Manuel Baltar, defensor de la variante exterior, al recordar que sobre el proyecto "fue una cuestión que cocinaron unos pocos sin contar con el Gobierno gallego y otras instituciones", y que tenía como objetivo "hacerse una fotos y poco más".

Es por eso que el cruce de reproches con el gobierno socialista está al orden del día, pero con la intención clara de que se concrete cuanto antes la mejor integración urbana y en "las mejoras condiciones", para lo que se deberán fijar los plazos relacionados con la licitación de las obras del trazado y el coste definitivo, que emanará del informe que están elaborando los técnicos del Ministerio de Fomento y que se encuentra en su fase final, como aseveró en su día la propia ministra de Fomento, Ana Pastor.

En el tema de plazos, si Pastor mantiene que se cumplirá el compromiso adquirido por el presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, de que llegará el AVE a finales de 2018, por parte del alcalde de Ourense, Agustín Fernández, y del gobierno municipal, se cuestiona abiertamente que se pueda cumplir, y advierten de los retrasos derivados de que no se licitaron las obras.

Sostienen que resulta preocupante que la integración urbana del AVE sea la única que a día de hoy se encuentre pendiente de licitar. Por lo que consideran lógicas las dudas, que se suman a la "falta de concreción" por parte de la ministra, y aluden a que el alcalde sigue esperando por la reunión solicitada.