Lo que era una declaración de intenciones ayer se convirtió en realidad. El alcalde, Agustín Fernández, comenzó a remitir misivas a los representantes de administraciones, organizaciones políticas y sociales, pero sobre todo a los ciudadanos, para arengar la movilización en defensa del proyecto de integración urbana del AVE y la construcción de la nueva estación en A Ponte.

Y aprovechó ayer su participación en el acto de presentación de la renovación del servicio de préstamo de bicicletas con nuevas unidades, acompañado por la edil de Medio Ambiente, Susana Bayo, para seguir su campaña, intensificando proclamas con un "vamos a pelear por nuestro futuro hasta el final", con el objetivo claro de la movilización de todos los ourensanos.

En la carta, después del genérico "Estimado amigo", el alcalde utiliza la denominada "declaración das Burgas" para defender el proyecto del AVE y lanzar duras acusaciones contra el Ministerio de Fomento, ante la sospecha de que intente recuperar el que señala como el "trazado de la vergüenza" propuesto en su día y que opta por la actual vía ferroviaria, y que mantiene la "ruptura" de la ciudad.

También dirigió una acusación directa a Fomento por modificar el proyecto y "eliminar" la nueva estación, en el sentido de que "ahorran dinero para invertirlo en Cataluña o en el Mediterráneo", por lo que se continuará "ignorando" y "marginando" a Ourense, con lo que justifica la necesidad de esas "medidas contundentes" que pasa por una movilización.

Oscuras relaciones

Y mientras el alcalde se encuentra enfrascado en esa convocatoria, el presidente de la Diputación, Manuel Baltar, le reprochó que "llega tarde" ese llamamiento a la movilización, para reprocharle que "no lo vio en otros momentos cuando se hicieron llamamiento a manifestarse por otros colectivos económicos y sociales" de la ciudad.

Es por eso que Baltar considera que "deja en evidencia las oscuras cuestiones que relacionaron la anterior etapa del gobierno - el socialista- en relación con el AVE". Y si se habla de fechas de llegada, las demoras son demoledoras, como la del ex presidente Pérez Touriño, para 2009.