Edgar Alvés Lopes, de 49 años, se enfrenta a cuatro años de prisión por dos delitos de homicidio imprudente y ocho meses más por quebrantamiento de medida cautelar por el accidente de tráfico que le costó la vida a su hija de siete años y a un cuñado.

El acusado, que había sacado el carné de conducir tres meses antes, circulaba ebrio por la A-52 en San Cibrao das Viñas y se salió de la vía cayendo por un terraplén. El suceso, ocurrido el 10 de julio de 2010, causó una gran conmoción al costarle la vida a una niña pequeña, hija del conductor novel, que no utilizaba las medidas de seguridad correspondientes a su edad.

En el vehículo viajaba también la madre de la menor, María del Carmen López Fernández, sobre la que el acusado tenía una orden de alejamiento por malos tratos desde noviembre del año anterior. Esta resultó herida grave, al igual que su cuñado, Luis Alfonso Sotelo, propietario del vehículo siniestrado, que fue evacuado en helicóptero desde el lugar del siniestro pero que falleció en el hospital.

Edgar Alvés mantuvo desde el principio que la niña viajaba atada con el cinturón de seguridad y que él estaba en buenas condiciones para conducir. En cambio, el Ministerio Fiscal destaca que "conducía en notorio estado de inseguridad" por la ingesta previa de alcohol. De hecho, arrojó un resultado positivo que duplicaba la tasa máxima permitida (0,56 ml en la primera prueba y 0,46 en la segunda), además de presentar signos externos propios de la embriaguez. Según constató el atestado realizado tras el siniestro, Edgar Alvés presentaba habla pastosa, notoria halitosis alcohólica y deambular titubeante.

La acusación pública mantiene que esta inseguridad provocó que el conductor, con solo tres meses de carné, perdiese el control del vehículo a la altura del kilómetro 221,3 en la A-52, en dirección Vigo. El coche se salió de la vía por la derecha colisionando contra la vaya de protección. Arrancó 33 metros de la barrera de seguridad y cayó por un desnivel de ocho metros.

Ni los herederos de Luis Alfonso Sotelo ni la madre de la menor fallecida, que también resultó lesionada, han reclamado cualquier tipo de indemnización. María del Carmen renunció a la posible cuantía económica tanto por sus lesiones como por el fallecimiento de la hija de ambos.

El juicio por este siniestro se celebró ayer en el Juzgado de lo Penal 2 de Ourense y además de la pena de cuatro años y ocho meses de prisión, la acusación pública solicitó también la suspensión del permiso de conducir por un período de seis años. En el caso del quebrantamiento de condena por no respetar la orden judicial que le impedía acercarse a menos de 300 metros de su esposa, el Ministerio Fiscal aplica una atenuante por la intoxicación etílica.

Edgar Alvés, de nacionalidad portuguesa, se ha visto envuelto en numerosos problemas con la justicia y la Guardia Civil a causa de su actitud agresiva, especialmente con su mujer, y por no respetar las medidas cautelares impuestas por la vía judicial.

En diciembre de 2011 fue detenido en Larouco por atentado y resistencia a agentes de la autoridad tras protagonizar una bronca en un bar que empezó precisamente contra su esposa, a la que intentó agredir, y continuó con los camareros y clientes. Acabó por romper de un codazo una cristalera del establecimiento y cuando salió al exterior y se encontró con la patrulla de la Guardia Civil arremetió contra los agentes a base de golpes e insultos.