Una zona de juegos para niños, zonas pensadas para el descanso y la tertulia de sus mayores, y área biosaludable para que unos y otros se mantengan en forma sin necesidad de acudir al gimnasio.

Son algunas de las dotaciones del nuevo parque intergeneracional inaugurado en la tarde de ayer en Santa Olaia de Beiro, en un participativo acto que contó con la presencia del alcalde de la ciudad, Agustín Fernández, de la edil de Participación Ciudadana, María Devesa, la concejala de Medio Ambiente, Susana Bayo así como un buen puñado de vecinos dispuestos a conocer y probar las posibilidades de un espacio "pequeño pero bien aprovechado", valoraron.

Las obras realizadas actúan sobre un espacio de 2.000 metros cuadrados de superficie, en el que se realizó un cierre perimetral de la finca en los dos laterales y en la parte posterior, con malla metalizada y acero galvanizado y un nuevo acceso.

También se llevó a cabo una renovación de accesos, del pavimento del estacionamiento de y la reforma del parque infantil, con la instalación de aparatos biosaludables, que contribuyen a humanizar una zona degradada por el paso del tiempo y por la que pasan muchos vecinos y vecinas de la zona y de otros barrios colindantes, que lo empleaban ya como una zona de esparcimiento intergeneracional, pero sin dotaciones para el uso y disfrute de sus usuarios.

La obra incluyó también la renovación del saneamiento, así como la instalación e un colector de aguas pluviales de PVC en la zona del aparcamiento y de una red de distribución de agua para el riego, dotada con tuberías de polipropileno.

Fueron los propios vecinos los que, ante el estado de la zona, solicitaron al concello unas obras obras de renovación del entorno y dotación de aparataje lúdico y saludable, a través de los presupuestos canalizados por la Concejalía de Participación y la de Medio Ambiente, que alcanzaron en este caso los 46.585 euros de inversión.

Los primeros en dar buena cuenta de las zonas de juegos y las dotaciones fueron, como no podía ser menos, los propios niños, que ajenos a la presencia de los representantes vecinales y de las cámaras no dudaron en subirse al nuevo aparataje, o encaramarse como robinsones a lo alto de la pirámide de juegos.