Una alianza creada para defender el medio rural gallego frente a la nueva amenaza que supone la actividad minera ha hecho público un manifiesto en el que se defiende esta actividad pero a partir de un "aprovechamiento sostenible" de los recursos geológicos y contra la "minería contaminante". La alianza está abierta a la adhesión de cuantas organizaciones lo deseen, y por el momento ha arrancado con la unión de la asociación ecologista Adega, el sindicato CIG, la Federación Rural Galega (Fruga) y la Organización Galega de Comunidades de Montes Veciñais en Man Común.

El dirigente de la CIG, Anxo Pérez Carballo, señala que la agrupación nace para combatir "la fiebre megaminera" que se ha extendido por Galicia y que "recuerda al viejo oeste americano". En la provincia de Ourense, la Xunta tramita la concesión de autorización para explotaciones extractivas en A Limia, Castrelo de Miño y Coto de Novelle, estas dos últimas en la comarca de O Ribeiro. En los tres casos, los procesos se han encontrado con una fuerte oposición vecinal pero también política con alcaldes contrarios a las minas.

En todo caso, la alianza cree que no son estos los únicos proyectos que podrían implantarse en la provincia. Pérez Carballo apuntó ayer que además del proyecto para extraer oro en Corcoesto, A Coruña, existen otros puntos amenazados en toda la comunidad. Asegura tener información fiable y muy próxima al gobierno gallego sobre la realización de estudios de rentabilidad para otras siete minas de oro en Galicia, de las cuales una estaría ubicada en Valdeorras, y otra en el sur de Lugo, en Quiroga.

Pérez Carballo explica que el problema de estos proyectos es la utilización de cianuro sódico en el proceso de lixiviación de los humedales. "Lo acumulan en balsas y ya ha provocado catástrofes medioambientales en todo el mundo", asegura. Recuerda que el Parlamento Europeo "propuso prohibirlo en 2011 en toda la UE pero aquí se sigue usando".

La alianza por un medio rural digno critica que la minería que actualmente se proyecta para Galicia es excesivamente agresiva con el medio por ser a cielo abierto. Teme también el uso abusivo del "fracking" o fractura hidráulica por ser una actividad de un fuerte impacto sobre el territorio. "Introducen agua a presión con productos químicos peligrosos que revientan la roca para aprovechar el gas que se desprende y transformarlo en energía", explica Pérez Carballo. El resultado, añade, "es que toda la zona queda envenenada".

Esta nueva amenaza en el rural, "cuando el resto de sectores productivos ya están prácticamente destruidos", ha sido el detonante para crear esta nueva alianza que propone que los recursos geológicos se usen de forma eficiente y acorde con las necesidades de la población y no con los intereses empresariales. Aseguran que muchas de las materias primas que se extraen, como los metales que se usan para tecnología, pueden obtenerse del reciclaje y piden, entre otras cosas, que se prohiba el uso de elementos tóxicos.