La actuación sigilosa y perspicaz de un detective resultó fundamental para que ayer se sentara en el banquillo de los acusados un supuesto vándalo que presuntamente causó una cadena de destrozos en seis vehículos estacionados en varias calles de Ourense, a primera hora de la mañana del 8 de febrero de 2012. El especialista vio al acusado causando daños en retrovisores, avisó de inmediato a la Policía y lo siguió de cerca observando toda su actuación hasta el momento en que fue detenido. El detective fue llamado a declarar ayer al juicio en calidad de testigo.

La Fiscalía acusa al supuesto gamberro de un delito continuado de daños que, si termina en una condena, obligará al acusado a abonar una multa de 6.480 euros. Pero a mayores, el ministerio público propone una indemnización a los perjudicados por los destrozos en los vehículos. El acusado causó presuntamente daños valorados en casi 2.000 euros, según consta en las diligencias practicadas en este procedimiento judicial.

El hombre, H.I.P.G., de 40 años de edad, se lió a patadas y puñetazos con los espejos retrovisores de seis automóviles estacionados en las calles Avenida de Zamora, Nuestra Señora del Portal y Nuestra Señora de las Ermitas. Sin que fuera consciente, el acusado cometió los actos vandálicos delictivos con un testigo presencial, el detective que dio la voz de alarma, silenciosa eso sí, a las fuerzas de seguridad.

Su labor que tendrá valor de prueba en el proceso judicial pendiente únicamente de sentencia terminó cuando los agentes de Policía Local de Ourense atraparon al acusado, a la altura de la Avenida de Zamora.

Tal y como consta en el escrito de acusación elaborado por el fiscal, el sospechoso causó 167 euros en desperfectos en un vehículo, 601 en otro, 202 euros en un tercer turismo, y ocasionó a los propietarios una factura de 179, 366 y 194 euros en los tres coches restantes que sufrieron la saña delictiva.