La población de la provincia de Ourense se encuentra a la cabeza de España en el índice de exposición al gas radón, derivado del uranio, que se encuentra en grandes concentraciones en el granito. Las comarcas más afectadas son Allariz-Maceda, A Baixa Limia, A Limia, Ourense, O Ribeiro, Terra de Caldelas, Terra de Celanova, Terra de Trives, Valdeorras y Verín, mientras que O Carballiño presenta una baja incidencia. El Laboratorio de Radón de Galicia (LRG) de la Universidad de Santiago encontró grandes concentraciones de radón en una de cada tres viviendas examinadas en esta provincia.

En la comarca de Allariz-Maceda, tras realizar 17 mediciones, el LRG ha comprobado que superan los 200 becquerelios el 35,3% de las casas examinadas; en A Baixa Limia, con 14 mediciones, fue superior en el 28,6%; en la comarca de O Carballiño, con 31 mediciones, tan solo ha dado un 3,2%; en A Limia, con 20 mediciones, un 15%; en la comarca de Ourense, con 139 mediciones, un 19,4% de casos que superan los 200 becquerelios; en O Ribeiro, con 26 mediciones, el 19,2% superan esa cantidad; en Terra de Caldelas, con 6 mediciones, el 66,7%; en Terra de Celanova, con 26 mediciones, el 15,4; en Terra de Trives, con dos mediciones, el 100%; en Valdeorras, con 23 mediciones, el 30,4%; en Verín, con 17 mediciones, el 64,7%; y en Viana, con 6 mediciones, el 66,7% de los domicilios examinados se encuentran en situación de riesgo.

El jefe de Neumología del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, José Abal Arca, alerta de que se ha comprobado que una de cada cuatro personas a las que se les ha detectado cáncer de pulmón tuvo contacto con altas concentraciones de gas radón en su domicilio, que aparece como la "segunda causa que provoca el cáncer de pulmón, tras el tabaco", y como la primera causa entre las personas no fumadoras.

Estas cifras son muy preocupantes, porque en Galicia se produce una muerte por cáncer de pulmón cada día. En la provincia de Ourense se diagnostican cada año 180 nuevos casos de cáncer de pulmón. Y la esperanza de vida que tienen estos enfermos es muy corta. Según las estadísticas, a los cinco años solo sobreviven el 7,9% de los pacientes.

El director del Laboratorio de Radón de Galicia y profesor de Salud Pública de la Universidad de Santiago, Xoán Miguel Barros Dios, destaca que al problema del alto riesgo que existe en muchos domicilios particulares de la provincia de Ourense, se suma el de los centros de trabajo, donde muchas personas permanecen horas expuestas a la incidencia del gas radón, por el incumplimiento de la normativa existente.

Este es el motivo por el que el Laboratorio de Radón de Galicia está remitiendo comunicados a las diputaciones y a los sindicatos para que adopten medidas, ante el incumplimiento del decreto 783 de 2001, su modificación, 1439 en 2010, y la entrada en vigor en enero de 2012 de la instrucción IS33 del Consejo de Seguridad, donde se establecen los límites para cualquier puesto de trabajo, sobre todo en las zonas de riesgo de concentración de gas radón.

Miguel Barros lamenta que la Administración autonómica no desarrolle una normativa específica sobre el gas radón, "a lo que están obligados todos los gobiernos autonómicos de España" en las regiones afectadas por el problema. Y reclama la creación de un registro, al que deberían de enviar todos los empresarios o titulares de actividades, de tipo público y privado, los resultados sobre la lectura del gas radón de los locales en los que el personal permanezca horas desempeñando su función laboral.

El Laboratorio de Radón de Galicia avanza en la elaboración del mapa de incidencia del problema en esta comunidad autónoma. En la actualidad cuenta con 3.004 medidas. Finalizado el período en el que realizó medidas en distintos puntos de Galicia para confeccionar el mapa de incidencia, de forma gratuita, las personas que quieran conocer el estado de sus viviendas pueden hacer mediciones, mediante el pago de 80 euros, para realizar una "medida de trazas", que requiere la colocación de dos sensores en la planta baja y en el dormitorio principal. La prueba tiene una duración de tres meses.

Cuando la lectura de un domicilio da más de mil becquerelios, "eso quiere decir que tiene picos de 5.000, 6.000 y 7.000 becquerelios, por lo que es recomendable realizar una "medida en continuo" durante cinco días, mediante otro sistema, que tiene un coste de 230 euros.