Un guardia civil de la comandancia de Ourense se vio envuelto en un atraco en el hotel de Mérida en el que se alojaba el pasado fin de semana disfrutando de unos días de permiso para viajar con el grupo de gaitas en el que toca. Su actuación no solo sirvió para evitar el robo en el establecimiento, sino que desencadenó una operación policial que culminó con la detención de cuatro personas (tres españoles y un rumano, de 23 a 53 años) a las que se le atribuyen siete robos con violencia e intimidación ocurridos entre 31 de enero y el 2 de marzo en diferentes puntos de la provincia de Badajoz.

El agente de Verín y sus acompañantes se encontraban la madrugada del viernes en la cafetería del Hotel Romero cuando de repente entró una persona armada con una pistola, en actitud amenazante y agarrando al recepcionista como rehén. Lo primero que hizo fue sustraer el dinero de la caja registradora y después empezó a reclamar uno por uno a los que allí se encontraban todo lo que llevasen encima de valor. Fue el momento que aprovechó el Guardia Civil de Verín para reducir al atracador, quitarle el arma y proceder a su detención.

Ante la sospecha de que el atracador podría tener un cómplice en los alrededores, la Guardia Civil movilizó a las patrullas en servicio e informó de lo sucedido a la policía judicial y al equipo de investigación de Mérida que seguía la pista a un grupo que empleaba una violencia similar.

En efecto, tras la identificación del primer detenido, los investigadores decidieron anticipar y poner en marcha la operación "Molina", que finalmente acabó con la detención de los otros tres integrantes, y una quinta persona, una mujer que adquiría el género robado.

Durante el desarrollo de la operación se realizaron cuatro registros domiciliarios en Mérida y San Pedro de Mérida, donde se intervienen, entre otros efectos, una defensa eléctrica, una pistola simulada, armas blancas, munición, teléfonos móviles, piezas de joyería y diversas herramientas. A esto se suma la pistola calibre 22 y el vehículo utilizado en el atraco del Hotel Romero.

El grupo actuaba siempre de forma violenta, entraban en domicilios de noche e intimidaban y amenazaban con pistola y defensa eléctrica, amordazaban e inmovilizaban con cinta y bridas a sus víctimas. Lo mismo hacían cuando se trataba de hoteles o restaurantes, donde amenazaban a todos los presentes.

Dos de ellos ingresaron en prisión provisional y los otros quedaron en libertad con cargos.