La percepción de la rueda de copiloto echando humo hizo reaccionar súbitamente ayer a José Paulo Silva, un camionero portugués de 40 años que cubría una ruta desde la ciudad francesa de Metz a la factoría viguesa de Citroën con un carga de unos 120 motores de automoción. El chófer tiró de pericia y fue el primero en intentar extinguir el incendio registrado en la cabeza tractora de su vehículo de transporte, previsiblemente por un fallo eléctrico en el sistema de frenado o un sobrecalentamiento, las dos principales hipótesis sometidas a investigación en cualquier caso.

El camionero descendía minutos antes de las 8,30 horas de la mañana de ayer en sentido a Ourense por la carretera nacional N-120. El percance tuvo lugar después de la bajada pronunciada del alto de Guítara, a la altura de Os Peares. El chófer logró detener el camión en el viaducto que separa las provincias de Ourense -en el concello de Nogueira de Ramuin- y Lugo con decenas de metros de caída libre bajo la estructura hasta el cauce del río Sil encastrado entre montañas.

El camionero descargó dos extintores, uno tras otro, pero no logró contener el fuego. El humo envolvió la cabina y las llamas devoraron por completo la cabeza tractora y parte del remolque. Al menos evitó precipitarse con su vehículo puente abajo. "Intenté girar, había mucho humo en la cabina, mi reflejo fue utilizar los extintores", manifestó a la Televisión de Galicia. Una veintena de los motores de automoción, según las fuentes consultadas del operativo de emergencia, quedaron totalmente destrozados. El camionero recibió asistencia médica in situ por parte de efectivos desplazados en una ambulancia de Urxencias Médicas. El transportista portugués no requirió traslado a un centro sanitario y solicitó el alta.

El camionero intervino en un primer momento por sí solo y recibió la ayuda de varios transportistas que se detuvieron a auxiliarlo al llegar a la zona y comprobar la situación. "Sentí humo en la rueda del lado del copiloto, pero no sé a qué se debió", manifestaba a la TVG mientras era atendido por los profesionales del 061.

El aparatoso accidente retuvo la circulación durante veinte minutos en los que el paso de vehículos permaneció cortado. Una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico se encargó posteriormente de regular el avance alternativo de la hilera de vehículos a la espera por la N-120, en ambos sentidos de la circulación, hasta que concluyó la intervención de los Bomberos de Ourense -una dotación con cuatro efectivos- que lograron impedir la propagación del fuego así como mayores daños en la carga que iba destinada a la factoría de Citroën en Vigo.

El vehículo pesado fue retirado por una grúa de gran tonelaje unas cuatro horas más tarde de que tuviera lugar el siniestro. Pasadas las doce del mediodía la calzada quedó libre y el tráfico restablecido con normalidad.