La Guardia Civil investiga un nuevo robo de arte sacro en una iglesia de Ourense tras varios precedentes en pequeños templos, aislados, del rural provincial que permanecen sin solución desde hace meses. Algunos, con pérdidas tan notables como un copón de plata del siglo XVII o un cáliz obsequiado en su día por el rey Alfonso XIII. El último robo que ha trascendido tuvo lugar en una iglesia de una de las zonas más transitadas y vigiladas de Ourense. El cerco se estrecha más tras las indicaciones del sacerdote del templo a los investigadores de la Guardia Civil. El párroco de Santa Cruz de Rabeda, una iglesia situada en pleno Polígono de San Cibrao das Viñas, denunció la desaparición de un busto imagen de la Virgen de los Dolores de cierto valor artístico, de autor anónimo y datada en el siglo XVIII, cuya falta atribuye a la entrada de un hombre en el templo, mientras una vecina realizaba labores de limpieza, y haciéndose pasar por un feligrés más.

Ángel Fernández, administrador de Rabeda desde hace 45 años, echó en falta la imagen que hacía pareja con una talla de Cristo y se encontraba en la sacristía del templo. El sacerdote denunció la sustracción el pasado viernes por la mañana. "La señora estaba limpiando la iglesia y entró un hombre que luego ella dijo que no conocía. Cuando yo llegué más tarde ya eché en falta la imagen. Era un busto pequeño que perfectamente podría haberse llevado debajo de la ropa", señalaba ayer el religioso. Esta versión contrasta con el dato aportado por el instituto armado. El autor forzó la puerta de entrada.

El busto de la Dolorosa, que ocupaba una repisa en la sacristía, está valorada en 12.000 euros pero, según el experto de Patrimonio de la Diócesis, Miguel Ángel González, que durante años ha inventariado piezas de orfebrería y arte sacro. "Es de bastante calidad, tiene las características de un escultor de valía. Me extraña un poco que dejaran el Cristo de al lado, parece un robo selectivo", consideraba ayer el delegado diocesano.

No obstante, González tiene esperanzas en que la talla, a diferencia de otros expolios eclesiásticos en Ourense sin resolver, pueda ser recuperada. "Puede tener salida a Portugal, en algún anticuario donde ya están prevenidos de lo que les llegue o incluso puede ser un robo por encargo. Al tratarse de una escultura es probable que aparezca o sea recuperada porque, a diferencia de la orfebrería, no se puede fundir".

Ya hubo precedentes del hallazgo de una imagen religiosa robada en plena oleada de robos en recónditas iglesias ourensanas entre finales de 2011 y comienzos de 2012. Pero la historia es difícilmente repetible. Un joven confesó haber robado y posteriormente deshecho en el monte de una talla de San Pedro sin valor artístico que sustrajo en un templo Vilardevós. El robo le trajo, además de su arresto, una cadena de despropósitos: después de asaltar la iglesia, perdió a su novia, tuvo un accidente, se quedó sin trabajo y se lesionó una mano. Su confesión supuso toda una liberación, dijo.