A solo cuatro días del inicio de la campaña contra los incendios forestales en la época natural de mayor riesgo del año –entre el 1 de julio y el 30 de septiembre–, el papeleo se acumula en la oficina. Dos meses después de que el Diario Oficial de Galicia (DOG) publicara la convocatoria, la Consellería de Medio Rural e do Mar continúa sin resolver las numerosas peticiones de subvención para financiar tareas preventivas cruciales en los montes mancomunados. "Se está solicitando documentación", aseguraba ayer una portavoz sin establecer fechas para la solución administrativa. "Está en fase de resolución".

En Ourense, el territorio de la comunidad gallega más esquilmado por el fuego incluso fuera de las épocas de alto riesgo –en octubre de 2011 y entre febrero y marzo de este años más de 23.000 hectáreas fueron pasto del fuego–, 268.000 de las 575.000 hectáreas totales de superficie forestal están en manos de comunidades de vecinos. La Xunta tiene que dar respuesta a un total de 220 peticiones de ayudas procedentes de comunidades y agrupaciones de montes de la provincia ourensana, según los datos aportados ayer por la consellería de Rosa Quintana.

La Unión Europea cofinancia en un 57,56% un programa estructurado en dos líneas de ayudas –uno para realizar desbroces y otro para instalar puntos de agua– que se dota para "aminorar las consecuencias de los fuegos" y "eliminar riesgos", según advertía la propia consellería en la orden de convocatoria publicada en el DOG del viernes 20 de abril, en pleno respiro tras una estampa infernal de incendios en invierno y primavera que malograron más de 3.000 hectáreas durante un mes en la provincia de Ourense. La consellería ha reservado una partida global para toda la comunidad de 2,398 millones de euros cofinanciados con fondos europeos de desarrollo Feader.

La mayoría, un total de 2,138 millones, se han reservado para financiar tareas de silvicultura preventiva mediante rozas de maleza y desbroces de cunetas, para combatir el efecto de propagación de los incendios y reducir a la mínima expresión posible la biomasa que pueda servir de combustible al fuego. Una partida restante de 260.000 euros se reserva para subvencionar instalaciones de puntos de agua, depósitos con suma importancia para tejer una "red de defensa", según la consellería de Medio Rural, en "zonas estratégicas". Según consta en el plan Pladiga de 2012 aprobado también a pocos días de la campaña estival, actualmente existen 968 puntos de agua para el abastecimiento de motobombas –la mayoría –, helicópteros y mixtos.

La Xunta pone como condición a las comunidades que quieran acogerse a la ayuda pública para esta instalación, que permanezcan activos por los menos durante 20 años desde su construcción y con acceso libre para el servicio contra incendios.

Con parte de la burocracia pendiente, el domingo se pone en marcha la campaña de alto riesgo de verano. La Xunta ha movilizado a entre 1.705 efectivos entre personal propio, contratados e incorporados a través de convenios, con diferentes funciones y categorías, lo que supone un recorte de casi 100 trabajadores con respecto a 2011. El calor, mientras, va marcando el calendario. Ayer, temperaturas que rozaron los 40 provocaron que casi la mitad del territorio ourensano se sitúe ya en riesgo alto de incendios, con una probabilidad entre el 57 y el 68%.