No era la primera vez que Evaristo P.A., un viejo conocido de la administración de justicia en Ourense, exteriorizaba por carta su ira contra el sistema y las personas que con su trabajo lo llevaron a la cárcel por su relación con el mundo de las drogas. En julio del año pasado, se sentó en el banquillo por lo mismo que fue citado ayer en el juzgado Penal Número Uno. El acusado, en prisión tras ser condenado en 2011 por traficar con heroína a una pena de cuatro años, arremetió contra un inspector de la Comisaría Provincial al que llamó "ladrón" y "corrupto", entre otras cosas, en una serie de cartas dirigidas al jugado de Instrucción Número Uno de Ourense entre julio y octubre del año 2010. El año pasado fue juzgado por su comportamiento a finales de 2009, cuando remitió un escrito parecido a la Audiencia Provincial cargando contra el mismo mando policial y advirtiendo al tribunal ourensano que "si no tomáis cartas en el asunto y esto acaba en sangre, vosotros seréis los responsables por callar".

Hasta un año y medio de cárcel solicitaba el ministerio fiscal para el recluso por un delito continuado de calumnia. Si, de ser el caso, la magistrada interpretara los hechos como injurias, la acusación pública aceptaría el abono de una multa de 1.980 euros así como a una indemnización al policía por valor de 6.000 euros.

"¿Hay alguna forma de que me juzguen en Santiago o Madrid?", inquiría el acusado a su abogado nada más llegar procedente de la prisión de Pereiro de Aguiar. Sin embargo, la estrategia de su letrada fue por otro camino. La abogada abogó por la nulidad del proceso ya que, además del inspector, se había personado un conocido empresario ourensano también vilipendiado en algunas cartas. El dueño del Grupo Academia Postal, Francisco Nóvoa, se personó como acusación particular pero, al haberse llegado a la fase de juicio, sin un acto de conciliación previa ni una querella, la magistrada decidió retrotraer el proceso. La causa volverá al juzgado de instrucción, donde se analizará el trámite del presunto delito denunciado por el empresario y si este ha prescrito ya o no, como sugería ayer la defensa.

Al Policía Nacional, inspector del Grupo de Estupefacientes de la Policía Nacional, lo puso en el centro de sus iras el acusado desde que en 2003 fue capturado por traficar con drogas, un delito del que ya acumula dos condenas. Además del texto remitido a la Audiencia Provincial que fue objeto de juicio el pasado mes de julio –días antes el mismo tribunal lo tuvo que expulsar de la sala en su segundo proceso por tráfico–, Evaristo P.A. remitió cinco cartas al juzgado de Instrucción Número Uno de la ciudad con "diferentes expresiones insultantes de menosprecio y vejaciones", según relata el ministerio fiscal en su escrito de calificación.

Sexo por droga

Según la acusación, el recluso se refirió al policía como "corrupto y ladrón". El acusado denunció en varios escritos que el agente cogía el dinero de los pequeños traficantes de droga. En un nuevo texto dirigido al juzgado de instrucción, el condenado esgrimió graves acusaciones contra el agente de Policía, asegurando que había "ordenado a varios matones para que le rompiesen las costillas". En una carta posterior, Evaristo P.A. manifestaba que el funcionario público "entregaba cocaína a chicas que concedían favores sexuales a cambio de medio gramo".