Unas cuatro mil personas rompieron ayer el silencio matinal del día festivo con las consignas más repetidas de los últimos tiempos. Las que gritan contra la tijera y la pérdida de derechos sociales. Contratados, estudiantes, parados, pensionistas, padres preocupados por la educación de sus hijos, artistas, dirigentes políticos y sindicalistas celebraron la fiesta de los trabajadores con dos grandes manifestaciones que durante más de dos horas pasearon pancartas y proclamas sociales por las calles más céntricas de la ciudad. Era la primera vez que los ourensanos acudían a las marchas del Primero de Mayo desbordados por los motivos.

La manifestación que convocaron conjuntamente CC OO y UGT partió del pabellón de Os Remedios a las 12,30 horas, media hora más tarde de lo previsto, abriendo la marcha con el lema "Traballo, dignidade, dereitos. Queren acabar con todo".

En primer lugar marcharon los dirigentes Ana Barrios, de Comisiones Obreras, y José Luis Fernández Celis, de UGT. Entre el pelotón se dejaron ver cargos orgánicos y políticos del PSdG-PSOE, como la diputada en el Congreso, Laura Seara, el secretario provincial y candidato a la reelección Raúl Fernández, el parlamentario autonómico Pablo López Vidal que aspira también al puesto de líder provincial y la responsable de Organización, María Quintas, además de alcaldes socialistas como Francisco Magide (Parada de Sil) o Luis Milia (Carballeda de Avia). No estaba, en cambio, el alcalde de la ciudad, Francisco Rodríguez, que se encuentra de vacaciones aprovechando el puente festivo. En su lugar, el exdiputado Antonio Rodríguez participó en la tradicional ofrenda floral que UGT dedica al fundador Pablo Iglesias. También estaban presentes otras organizaciones como Esquerda Unida, PCG y colectivos de estudiantes.

Los manifestantes arremetieron contra los gobiernos del PP en la Xunta y el Estado por los recortes. "Fascistas, fascistas", gritaban entre proclama y proclama. Al llegar a la Subdelegación del Gobierno, dos jóvenes se repartieron la tarea de leer los manifiestos en los que demandaron "dignidad" hacia la clase trabajadora y los colectivos afectados por medidas como el copago farmacéutico. El secretario de los socialistas, Raúl Fernández, calificó de "brutal" la reforma afirmando que reduce el papel de los trabajadores a "testimonial" convirtiéndolos en "personas útiles para el trabajo pero sin derechos".

Mientras estos manifestantes ponían fin a su movilización festiva coreando el himno gallego y La Internacional, la CIG tomaba la calle Paseo tras haber recorrido Progreso clamando "contra el gobierno y contra el capital" y animando a la clase trabajadora a demandar una nueva convocatoria de huelga general.

Encabezada por una pancarta con el lema "Por un emprego digno. Non á reforma laboral do PP", la marcha discurrió de forma pacífica siguiendo el mismo itinerario que la anterior.

Según los datos oficiales facilitados por la Policía Local de Ourense, la primera manifestación contó con 1.900 personas y la segunda con algo menos, unas 1.700, si bien las organizaciones convocantes consideraron que la participación fue mayor.

Encabezando la marcha de la CIG estaba Etelvino Blanco, secretario comarcal de la central sindical nacionalista, y otros dirigentes. Esta movilización contó con varias pancartas de protesta y a favor de la huelga general, pero también con lemas en tono positivo, como la que decía "servicios públicos, si grazas".

Ya en la Subdelegación del Gobierno, cuyo nombre un eufórico Etelvino Blanco completó con el apellido "militar", los manifestantes ondearon sus banderas y elevaron el volumen de sus consignas para reclamar la atención de los gobiernos: "Estamos aquí, luchando contra la reforma laboral".

Etelvino Blanco se refirió al "drama" que la sociedad está viviendo a causa del desempleo y auguró que las nuevas cifras del paro para el mes de abril elevarán a 31.000 el número de ourensanos reclamando un puesto de trabajo en las oficinas del antiguo Inem.

El líder del sindicalismo nacionalista en la ciudad lamentó que "nuestros hijos se marchan a la emigración como antes lo hicieron nuestros padres y nuestros abuelos". Aclamado por los cerca de dos mil indignados que allí se congregaron, Blanco advirtió a los gobiernos del PP que no se quedarán indiferentes ante las medidas puestas en marcha y las que se aprobarán cada viernes en el Consejo de Ministros como ya anunció que ocurrirá el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy: "No habrá resignación del pueblo gallego contra esos viernes de pasión", dijo Blanco. Contra esa política, añadió, "solo vale la rebelión". Y animó a ello: "Sigamos rebelándonos y convoquemos otra huelga general si es necesario".

Los miembros de la CIG y los que secundaron su movilización aplaudieron cuando Etelvino Blanco acusó al PP de no cumplir su palabra de no tocarle a las pensiones: "Mentira, más que mentira. Las están rebajando haciéndoles pagar los medicamentos". Para este dirigente, las medidas aprobadas por el PP contienen una "inusitada crueldad" al privar a los inmigrantes del sistema sanitario y obligar a los enfermos a pagar por los traslados en ambulancia. "Detestemos a estos dirigentes ruines", proclamó.

Y al igual que minutos antes habían hecho Comisiones Obreras y UGT, la CIG finalizó su manifestación del Primero de Mayo con el himno gallego y La Internacional, aunque en este caso, tocados por el gaiteiro Abraham.

Hay nuevas movilizaciones en Ourense convocadas contra los recortes en educación. La primera, una concentración de estudiantes en la rúa Concello, será el día 8 a las 19 horas. El 10 será día de huelga en la enseñanza con concentración a las 12.