Desde el mismo momento que las estaciones depuradoras se adjudicaron e instalaron, contando para ello con fondos europeos, a través del programa Daro y posteriormente con el de Deputrans, se convirtieron en centro de la polémica, tanto por el proceso que se siguió como el funcionamiento de las mismas, en lo que se refiere a los costes de mantenimiento, con coincidencia de la mayoría de los alcaldes de los concellos que se sumaron al convenio de la Diputación, sobre su "alto coste".

Eso provocó que se cuestionase el modelo elegido y, sobre todo, el proceso de adjudicación, como así lo hizo el alcalde de O Barco y en aquel momento portavoz socialista en la Diputación, Alfredo García, al denunciar que "estaba claro a quién se le iban dar", en referencia a Facet Ibérica y SMA (Soluciones Medio Ambientales). El resto de alcaldes, en cuyos municipios cuentan con una o varias estaciones depuradoras, de diferentes tamaños, no tardaron en reconocer que su mantenimiento era "muy costoso", sobre todo en lo que se refiere al consumo eléctrico, y que hizo que en unos casos se planteasen mantenerlas activas, mientras que en otros lo hacían de forma parcial.

Advertencia del coste

Pero no todos se sumaron a la oferta realizada por la Diputación para instalar las depuradoras, y el caso más significativo fue el del alcalde de Muíños y portavoz del PP en la institución provincial, Plácido Álvarez, que no dudó en reconocerlo en el pleno celebrado en julio de 2009, después de que los socialistas manifestasen que algún alcalde del PP "no la colocó al ser advertido con un: "Non sabes onde te metes".

Álvarez, que sigue siendo portavoz, aseguró en ese momento que no se había acogido al convenio que era optativo ya que "le hice caso a un técnico", que le había informado del coste que le supondría para las arcas de su concello.

Pero otros no tuvieron esa suerte, y así el alcalde de Xunqueira de Ambía, el popular José Luis Gavilanes, que cuenta con dos depuradoras de "pequeño tamaño", subraya que "cuando nos propusieron el convenio no sabíamos que eran tan caras", pues de lo contrario "nos lo pensaríamos". El coste anual por consumo eléctrico supera los 7.000 euros, y es de los mejor parados.

La otra cara de esa moneda de instalación de depuradoras, es el del Concello de Amoeiro, su alcalde, el socialista, Rafael Rodríguez, sentencia que el mantenimiento "es una locura", afirmación que sostiene en el coste anual de las dos depuradoras, que anualmente asciende a 23.000 euros. "Es una sangría para el concello", y lamenta que en su momento los responsables de la Diputación no tuviesen en cuenta un informe, que dice le consta, desaconsejando la colocación de estas depuradoras.

Por su parte, el alcalde de Allariz, el nacionalista Francisco García, después de reconocer que los costes eléctricos suponen una "carga alta", optaron por incluir las dos depuradoras instaladas en núcleos del concello a la red municipal, y con gestión propia, pero con la adjudicación del servicio a una empresa que incluye gestión de agua y el mantenimiento. Y destaca que "tenemos un precio estipulado y que no es costoso para los vecinos".

En lo que coinciden todos los alcaldes consultados es en la necesidad de tener las depuradoras."No tengo otras alternativas", explica Gavilanes. Por su parte, el alcalde de Monterrei, José Luis Suárez, que cuenta con dos, pero en una misma planta, reconoce que le permitió acabar con los problemas que tenía en uno de los núcleos principales, como es Medeiros, donde existían 5 pozas sépticas y era "una pocilga". Anualmente, el coste de mantenimiento es de unos 9.000 euros.

En el caso del Concello de Xunqueira de Espadañedo, la depuradora duró unos tres años, optaron por una nueva infraestructura, y se la entregaron a la Diputación, dejando de pagar los 700 euros mensuales de gasto de electricidad.