La hostelería llamó a rebato en enero de 2011 cuando la resaca de primero de año dejó paso a un cambio de hábitos obligado por la nueva ley antitabaco. Los particulares anticiparon tiempos tormentosos sumados a la crisis y aquellos propietarios que, con la norma anterior, acometieron reformas para habilitar espacios de fumadores, clamaban contra el nuevo criterio estatal que prohibió fumar en los espacios cerrados además de en lugares públicos como el entorno de parques infantiles, institutos y centros médicos.

Sin embargo, las cifras de empleo en un contexto mortecino de paro –28.217 personas buscan ocupación en la provincia– hablan de una mejora en el número de puestos de trabajo asalariado y también, aunque menor, en la iniciativa autónoma que, en un agrio balance global, perdió 293 emprendedores en el último año. El sector de la hostelería, en cambio, incorporó entre enero y diciembre de este año a 325 afiliados más al régimen de la Seguridad Social.

En el mismo periodo y, según datos a nivel estatal del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, la nicotina ya no ata a 600.000 personas que pudieron dejar atrás el vicio. En la mejora de la salud pública inducida por la ley que el nuevo ejecutivo del PP se compromete a no cambiar –tras el debate suscitado por unas declaraciones del presidente Rajoy en campaña–, no encuentra discrepancias Ovidio Fernández, el presidente de la Federación Provincial de Hosteleros. No obstante, el empresario se desmarca de los datos de la Seguridad Social que cifran en 4.600 la afiliación media de asalariados en diciembre frente a los 4.283 de principios de 2011, cuando se implantó la ley. Los autónomos superan las 3.000 iniciativas en la provincia de Ourense, con un leve repunte de 8 afiliados al régimen especial desde enero de 2011, según la misma estadística.

"Es verdad que han abierto establecimientos pero también han cerrado otros. Además, la verdadera andadura empieza en 2012 y ningún negocio es negocio hasta que se consolida durante 24 meses, el tiempo que marca la verdadera prueba", defiende Ovidio Fernández.

Nada halagüeños son los resultados que afectan a los estancos ourensanos. El volumen de ventas se ha resentido desde la entrada en vigor de la ley. La facturación por dispensar todos los productos del tabaco cayó en 2,28 millones de euros tras sumar a finales de noviembre –última fecha de actualización– 70,4 millones en ventas. En el año de la restrictiva ley se despacharon 3,46 millones de cigarrilos menos que en 2010 mientras la picadura para liar tabaco o fumar en pipa, más rentable, incrementó las ventas un 39%.