Tras muchos años de dedicación a su Circo, a su Ciudad de los Muchachos y a sus "benposteños", Jesús Silva Méndez, más conocido como Padre Silva, falleció ayer a los 78 años de edad en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) a causa de un derrame cerebral que le mantuvo en cama los últimos días de su vida. El funeral se celebra hoy a las 12 horas en la Capilla de Benposta, en la absoluta intimidad, y al margen de que el obispado ofrezca otro en la Catedral, pendiente de confirmar fecha.

El Padre Silva fue el fundador de la escuela de la Ciudad de los Muchachos (Benposta) en Ourense, en un mes de septiembre como este del año 1956. Diez años después creó La Escuela de Circo de la Ciudad de los Muchachos.

Ambos proyectos tenían como objetivo acoger y ayudar a los jóvenes que sufrían problemas. Durante la época franquista, Benposta llegó a ser como una ciudad aparte, en la que había elecciones y moneda propia, una especie de "república democrática en la que no existía la propiedad privada".

"Benpostas" por el mundo

Su proyecto sobrepasó los límites de nuestra ciudad, incluso de nuestro país y de Europa. El primer proyecto, nacido en Ourense, se puso en marcha en diferentes países, estableciendo así una serie de ciudades por todo el mundo denominadas, al igual que esta inicial, "Benposta". Hoy hay ciudades de Benposta en Bogotá, Villavicencio, Montería y La Guajira (Colombia), La Guaira y Maracaibo (Venezuela), Managua (Nicaragua), Manaus (Santo Domingo), Mozambique y Bruselas.

El Padre Silva ha recibido varias distinciones y reconocimientos durante su vida. Entre ellos, el Premio del Sindicato de Espectáculos de España, la Medalla de la Paz de la ONU, el Trofeo París Match, la Medalla de los Amigos del Circo de Francia, la Espada Samurai de Japón o la Medalla al mérito en Bellas Artes en la categoría de oro, esta última entregada por el Rey Juan Carlos. El Padre Silva y sus "muchachos" han sido propuestos en varias ocasiones como candidatos a recibir el Premio Nobel de la Paz, desde países como Israel, Santo Domingo o La India.

El final de un sueño

Después de más de cincuenta años de poner en marcha su mayor iniciativa, su sueño se derrumbó.

Durante los últimos años de vida mantuvo fuertes enfrentamientos. Vivió una confrontación judicial con la Xunta de Galicia a causa de unos terrenos situados en la propia ciudad de Benposta en Ourense, con los profesores que impartían clases en la Escuela, y con algunos de los propios residentes. A pesar de todo esto, el Padre Silva siempre conservó grandes apoyos.

Sus hijos adoptivos, los "benposteños", su familia y sus amigos más cercanos no lo abandonaron en los últimos momentos de su vida.

El cuerpo sin vida del párroco es velado por los más allegados en la Capilla de Benposta, no permitiendo el paso a este diario. La idea que se mantenía al cierre de la edición era que sería incinerado y se baraja que sus cenizas se repartan por las ciudades de Benposta que él puso en marcha en el mundo.