Aunque son estimaciones, los datos a los que tuvo acceso FARO no dejan lugar a duda y son de lo más reveladores, ya que el Concello de Ourense utilizó en los últimos cuatro años en torno a 960.000 metros cúbicos de agua potable para realizar el baldeo de las calles de la ciudad, al no contar con los permisos necesarios de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS) para que las empresas concesionaria del servicio de limpieza, tanto Urbaser antes, como ahora Ecourense, puedan coger agua "bruta" (sin tratar) del río Miño y del Barbaña.

El coste económico de la depuración del agua durante ese periodo –los últimos cuatro años–, cuyo cargo pasa la empresa adjudicataria del servicio municipal de aguas, Aquagest, y que no abonan las empresas de limpieza, al estar exentas, según confirmaron fuentes municipales, por lo que la debe asumir el propio Concello, estaría por encima de los 768.000 euros.

A este respecto, y en lo que son estimaciones por parte de Aquagest, remitidas al Concello de Ourense, al mes se destinan algo más de 20.000 metros cúbicos de agua potable para baldear las calles de la ciudad, con lo que a finales de año el consumo asciende a 240.000 metros cúbicos.

En lo que se refiere a la tarifa que se aplicaría, en caso de que se pasase a cobro el consumo a la empresa adjudicataria de la limpieza y recogida de basura, es de 0,80 céntimos de euro por metro cúbico de agua. Por lo que a final de año la cuantía económica está en 192.000 euros, que en este caso debe asumir el Concello.

Legalización y obras

La situación viene derivada de los problemas surgidos con la legalización de las tuberías colocadas en su momento para realizar el bombeo del agua del río, así como la habilitación de cuatro zonas de captación, ante la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil.

El Concello de Ourense presentó la correspondiente petición ante el organismo de cuenca hace tan solo un año, y teniendo en cuenta que se establece un plazo máximo de 18 meses para resolver, todo lleva a que las estimaciones más optimistas señalen a que a finales de año podría estar resuelto el problema, eso si la resolución de la CHMS es favorable.

Lo que se cuestiona por parte de la oposición es que, si se trata de una de las principales prioridades que tenía, como se pudo esperar tres años para formalizar la solicitud ante la Confederación Hidrográfica, y se siguió realizando los baldeos de las calles con agua potable, con el coste económico que eso supone, además de tratarse de un "bien escaso".