El administrador de la diócesis, Luis Quinteiro Fiuza, ha autorizado que el sacerdote Antonio Fernández Blanco pueda volver "provisionalmente" a las parroquias de Santa María de Carballeda, Santiago de Torcela, Santa María do Desterro da Corna y San Xoán de Coiras que tenía a su cargo, en el municipio de Piñor, "habida cuenta de que ha renunciado a la concejalía de A Gudiña".

Quinteiro Fiuza explica que ha tomado la decisión de "confiarle provisionalmente" el ejercicio del ministerio pastoral en las mismas parroquias que tenía encomendadas, "a tenor de las conversaciones mantenidas con él hasta ahora", anunciando que proseguirán en el futuro.

Los feligreses han reaccionado con "alegría", al conocer que van a recuperar a su cura, después de que permaneciera tres semanas apartado del ejercicio de sus funciones, pero no pueden ocultar que la sombra de la preocupación los perturba, por la condición de "provisionalidad" que el responsable de la diócesis de Ourense le imprime a la decisión. Un tanto descorazonado, el portavoz de los vecinos de Piñor, Modesto Gómez Pérez, compara la actuación de Quinteiro Fiuza con el que "le da un caramelo a un niño, que se pone muy contento, pero a continuación le dice: ´Cuidado que te lo puedo sacar´". En cambio el sacristán de Carballeda, en una línea más prudente, reconoce que "es mejor un mal arreglo que un buen pleito".

Los feligreses tienen la intención de abarrotar por completo el domingo las cuatro iglesias en las que dirá misa Antonio Fernández, para expresar su satisfacción y solidaridad con el párroco. Si no hay ningún cambio de última hora, la de Carballeda será a las 10; la de Torcela, a las 10.45; la de A Corna, a las 11.30; y la de Coiras, a las 12.15 horas.

Los vecinos estaban preocupados ayer, al difundirse el rumor de que la misa del domingo se podía trasladar a la tarde, por imposición del Obispado, algo que desmienten categóricamente los responsables de la diócesis, indicando que la facultad de poner el horario de las celebraciones le corresponde al párroco titular.

El párroco Antonio Fernández Blanco fue apartado de sus funciones por el Obispado, al tomar posesión como concejal en A Gudiña el día 11 de junio, como número dos de la lista del PSOE. Quinteiro Fiuza tomó la decisión, debido a que el Derecho Canónico prohíbe a los clérigos "aceptar aquellos cargos públicos que llevan consigo una participación en el ejercicio de la potestad civil" y "participar activamente en los partidos políticos ni en la dirección de las asociaciones sindicales". Tras la renuncia de Antonio Fernández a su acta, también presentaron la dimisión los otros dos concejales del PSOE y 22 miembros de la junta local, al considerar que no habían sido apoyados por el partido en la crisis que provocó la elección del párroco, pero acabaron desistiendo de su actitud, por la intervención de la dirección socialista.