La dirección socialista en la provincia de Ourense lograba ayer, después de cerca de unas cuatro horas de reunión, sofocar la rebelión de la militancia en la localidad de A Gudiña, al conseguir reconducir la dimisión que habían presentado los tres concejales y los miembros de la agrupación local en pleno, con lo que dejaba al PSOE sin representación, tanto política como orgánica.

Al encuentro con los integrantes de la agrupación que, salvo dos, estaba al completo, así como los dos concejales con que cuenta en este momento, después de la renuncia del sacerdote Antonio Fernández, y que se celebró a última hora de la tarde de ayer, en un hotel de la localidad, acudieron el secretario provincial, Raúl Fernández, la secretaria de Organización, María Quintas, y el senador Miguel Fidalgo, en representación de la ejecutiva gallega.

Conscientes de la dimensión de la decisión que habían acordado en asamblea y que luego trasladaron a la dirección provincial y gallega, y también a la nacional, los responsable del partido a nivel provincial , después de unos primeros momentos de tensión, en la que arreciaron los reproches por parte de varios miembros de la agrupación hacia la dirección del partido por lo que consideraban un "abandono", se fueron tendiendo puentes para que diesen marcha a trás en la dimisión que habían presentado en bloque días antes, a través de un escrito.

Malos entendidos

Las criticas dirigidas hacia la dirección del partido tuvieron su correspondiente replica por parte del secretario provincial, Raúl Fernández, que esgrimió argumentos para rechazarlas, lo que llevó consigo que después de varios turnos de intervenciones, que fue lo que prolongó la reunión, se reconocía que pudo haber malos entendidos, debido a que por parte de la agrupación no se tenía la información necesaria, como así reconoció a FARO uno de sus miembros.

Así, según se avanzaba en el encuentro entre los miembros de la agrupación y los responsable del partido, se vislumbraba un entendimiento que permitiría conseguir que la práctica totalidad de sus miembros decidiesen volver a la militancia activa en el PSOE, con lo que dejaban sin efecto su dimisión, que era el objetivo del secretario provincial.

Para los dimisionarios era muy importante que se clarificasen "muchas cosas", que hasta ayer habían sido el desencadenante del abandono, y entre las que se encuentra lo sucedido con el sacerdote y ya ex concejal socialista en A Gudiña, Antonio Fernández, por entender que el partido "nos dejaron solos", además de reprocharle que no se había "defendido lo suficiente a nuestro compañero".

Una cuestión esta que fue rechazada por el secretario provincial y la de organización, así como por parte del senador, Miguel Fidalgo, ya que fue uno de los que en su momento manifestó la intención de incluso recurrir al Tribunal Constitucional. Además, el propio secretario de Organización del PSdeG-PSOE, Pablo García, remitió una carta al Obispo de Tui-Vigo, Luis Quinteiro, en la que le solicitaba una entrevista para pedirle "explicaciones" por la suspensión del sacerdote de su actividad pastoral hasta que no renunciase como concejal de A Gudiña, días después de que hubiese tomado posesión en el pleno de constitución de la Corporación Municipal.

Lo que se visualizó al término del encuentro es que se dieron los pasos para ese entendimiento, y que hoy, en una comparecencia pública explicará el secretario de la agrupación y portavoz socialista en el Concello, Miguel Ángel Rodríguez.