Los feligreses concentrados, pertenecientes a "todas las ideologías políticas", le entregaron al vicario general un documento, firmado por la mayoría de ellos, mediante el que reclaman que Don Antonio se haga cargo de nuevo de las parroquias de Coiras, Torcela, Carballeda y Corna, al tratarse de "una persona bondadosa, honrada, amigo de todos". Lo describen como "un sacerdote que hace que la iglesia sea cercana al pueblo y se implica en las necesidades".

Los vecinos sostienen en el escrito que le entregaron al vicario general que no entienden cómo el obispado suspendió en sus funciones a Don Antonio, al ser elegido concejal de A Gudiña, argumentando que en las parroquias que tiene a su cargo en Piñor "nunca realizó campaña ni manifestaciones políticas ni desde el púlpito ni fuera de él, a pesar de que las malas lenguas así lo digan, a sabiendas de que es falso, con la intención de malmeter, de crear incertidumbre, aprovechándose de la debilidad por la que pasa el párroco". Razones por las que piden que sea repuesto, en las funciones que venía desempañando. Los feligreses reconocen que las homilías del párroco suspendido "se acercan a la opinión de todos, porque ser actual no está reñido con ser cura, sino todo lo contrario. Don Antonio predica con el ejemplo".