Pese a su color negro y los agudos sonidos que emiten, que le valieron en Galicia el nombre onomatopéyico de "cirrios", la llegada de los vencejos es el anuncio oficial de la primavera. Sin embargo la creciente urbanización de los espacios adaptados que solían ocupar esta ves, como las cornisas de iglesias o -en el caso de Ourense- los huecos de los sillares del Puente Romano, antes de ser tapados con hormigón, han diezmado la colonia de estas aves en la capital.

Unas aves peculiares, con las patas atrofiadas lo que no les permite sostenerse en pie, motivo por el que, como el colibrí, pasan media vida en el aire, llegando a copular en pleno vuelvo y deben nidificar a grandes alturas.

Para que estos pájaros limpiadores de insectos, vuelvan a una ciudad de la que fueron habituales visitantes cada verano, el concello de Ourense acaba de dar respuesta a la petición cursada por la asociación ecologista Ridimoas y la Sociedade Galega de Historia Natural, SGHN, instalando ayer varias cajas de nidificación en el Pabellón Municipal de Deportes de Os Remedios.

El ornitólogo Henrique Carvalho, en representación de Ridimoas y la SGHN y el concejal de Medio Ambiente, Demetrio Espinosa, así como un grupo de escolares de la ciudad, asistieron a la operación de instalación de estas 6 cajas dotadas de 9 espacios de nidificación cada una, que una unidad del cuerpo de Bomberos colocó en la cornisa sur del pabellón de deportes de Os Remedios.

"Al ser una cornisa que se encuentra a buena altura, en orientación sur y muy cerca del curso fluvial del Miño, en el que pueden encontrar gran cantidad de insectos, esperamos que los vencejos vuelvan a nidificar en Ourense y hagan gala de su labor limpiadora", explicó Carvalho.

Los vencejos, que suman a la acepción de "cirrios" otras como "ferreiros" o "Anduriñón-preto", llegarán en breve para nidificar -o eso se espera- en este adosado" urbano que les ofrece el concello de Ourense, y regresarán al continente africano con exquisita puntualidad, a mediados agosto.