Un escabroso suceso golpea directo en la línea de flotación del estado de bienestar. La Fiscalía de Ourense ha formalizado denuncia contra la cuidadora de una anciana fallecida recientemente a la que varias semanas antes, en noviembre de 2010, un gato le arrancó la nariz ocasionándole graves heridas en el rostro de las que no ha logrado recuperarse. La asistenta también se quedó, presuntamente, con 18.000 euros y dos fincas propiedad de la paciente, una señora de 83 años, enferma y con un grave deterioro físico y también mental.

El fiscal, que hace días trasladó al juzgado su determinación de que se ponga en marcha la investigación del caso, aprecia varios indicios que podrían constituir delito. Por el momento, el ministerio público responsabiliza a la cuidadora de presuntos malos tratos así como de hurto y apropiación indebida. Se investigará si, además, se adueñaba de la pensión de la señora y controlaba los gastos.

En cualquier caso, las fuentes jurídicas consultadas ayer por FARO consideran que, durante la instrucción judicial, la denunciada puede llegar a enfrentarse a mayores a un presunto delito de homicidio imprudente que vendría motivado por una conducta de negligencia.

Será de valor, por tanto, contrastar lo conocido hasta ahora con la versión que aporte de los hechos. La asistenta va a ser citada para recoger su declaración en sede judicial en las próximas semanas.

Por el momento, pese a la gravedad de los hechos denunciados, no ha sido arrestada, según confirman fuentes conocedoras del suceso. Asimismo, como una de las primeras diligencias de la instrucción, la autoridad judicial ha solicitado un informe completo sobre el historial médico de la señora.

La cuidadora denunciada llevaba aproximadamente siete años al cargo de los cuidados de la anciana que, según algunas fuentes, residía sola en la vivienda, con un estado mental deteriorado que le impedía una comprensión normal y, supuestamente, sin disponer de las atenciones debidas.

La presunta situación de abandono fue constatada por una trabajadora social de San Cibrao que forma parte de la documentación de la denuncia. en una visita al domicilio de la mujer, en noviembre del año pasado, comprobó las graves lesiones que la mujer tenía en la nariz. Unas lesiones que atribuyó, en un primer momento, a la acción de las musarañas aunque, posteriormente, la hipótesis más probable alude al ataque de un gato.

La mujer fue trasladada desde su domicilio de San Cibrao hasta Santiago de Compostela, donde le prestaron atención médica en un centro de la capital. Aunque llegó a experimentar una leve mejoría en su estado de salud, a la postre no logró recuperarse de la severa infección originada por las heridas.