Ha caído el núcleo de la trama pero los investigadores no bajan la guardia y ya auguran que el cobro irregular de seguros de coches de lujo destapado en un taller de A Valenzá (Barbadás) podría implicar a una treintena de personas en toda España. Desguaces, agentes de seguros, peritos, chóferes de grúa e incluso particulares pudieron haber actuado en connivencia con el titular de Automóviles Santos y los otros cuatro detenidos con los que presutamente estafó más de un millón de euros en once meses mediante el cobro de indemnizaciones a las compañías aseguradoras.

La Guardia Civil ha clarificado el ‘modus operandi’ que definía las acciones delictivas de la banda. Los implicados se organizaban al amparo de la legalidadque les confería el taller y compraventa de A Valenzá para urdir las presuntas estafas. Por un lado, cobraban indemnizaciones por accidentes que nunca llegaban a producirse pero que ellos simulaban in situ.

Otra de sus formas de actuación, de acuerdo a las conclusiones del Equipo de la Policía Judicial, pasaba por presentar denuncias falsas, en varios puntos del territorio nacional, por la sustracción de vehículos de lujo. Automóviles que la propia organización delictiva hacía desaparecer para cobrar, de este modo, la correspondiente indemnización. El proceder más paradigmático ocurrió el pasado mes de agosto, cuando supuestamente llegaron a empotrar un automóvil contra la luna del taller con la finalidad de escenificar el robo (haciendo creer que se produjo por el método de ‘alunizaje’) de un turismo de gama superior.

La “Operación Aleta” está dirigida por el Juzgado de Trives debido a una primera denuncia presentada en Castro Caldelas. El engranaje policial se puso en marcha en marzo tras comprobarse la existenica de varias quejas de compañías de seguros por cobros irregulares de indemnizaciones. Se percataron de que cubrían un accidente de un coche por el que ya habían pagado con anterioridad, explican fuentes policiales.

Fruto de la investigación, la Guardia Civil comprobó en qué consistía la actuación que otorgaba pingües beneficios a la presunta banda, integrada por Santos A.G., el titular del taller; su mujer María D.S.; la secretaria María P.A., y los trabajadores Carlos F.L. e Iago G.C., que fue detenido en último lugar.

Al parecer, en ocasiones simulaban salidas de vía o atropellos a animales. Trasladaban al lugar del siniestro vehículos con piezas dañadas instaladas para lograr altas peritaciones por parte de las aseguradoras. También se interesaban, según la investigación, en adquirir vehículos de alta gama siniestrados con graves daños que hacían inviable la reparación.

Traían del lugar que fuera preciso, Galicia, España o importación, los vehículos de lujo gravemente siniestrados. De ahí que las indagaciones se dirijan ahora en dar con las personas cuya labor fue fundamental para que los detenidos desarrollaran su labor. Pasado el tiempo preciso en sus locales, los daban de alta en el seguro y los empleaban en los falsos siniestros por lo que de nuevo obtenían indemnización. Según algunas fuentes, llegaron a dar hasta 4 partes por un mismo vehículo.

Varias horas de declaración

Los cinco ponían a su nombre verhículos o bien se apropiaban de los datos de terceros, entre ellos clientes, obtenidos de los registros de la empresa. La Guardia Civil les atribuye estafa, usurpación de estado civil y simulación de delito. Ayer pasaron a disposición judicial a primera hora en Trives. Al cierre de edición, los 4 primeros detenidos seguían dando testimonio. Iago G.C. fue puesto en libertad.