Aquilino Valencia seguirá siendo alcalde del grupo de gobierno socialista de Calvos de Randín al menos, hasta que remate el presente mandato municipal, y lo hará en minoría, pero con libertad para gestionar este concello, después del pleno de moción relámpago, que se convocó para informar de que los cuatro ediles del PP y el edil tránsfuga del PSOE, habían retirado la moción de censura contra el gobierno municipal, con lo que “el pleno de hoy pone fin a una tomadura de pelo del Partido Popular que ha durado tres años, tiempo durante el que han tenido paralizada la gestión de este concello”.

El pleno, que duró poco más de cinco minutos, se celebró con la única presencia del alcalde y de los otros tres ediles del gobierno local y con los asientos reservados al público tomados por cargos, militantes y simpatizantes del PSOE. Los cargos políticos y vecinos afines a la otra línea política municipal, la del PP, no se acercaron en esta ocasión al Concello y optaron por husmear tras los visillos de las viviendas próximas o desde el interior del supermercado, cercano a la consistorial.

La sesión comenzó con la lectura de un informe del secretario municipal dando cuenta de que la moción de censura no podría tramitarse, “al no reunir los requisitos mínimos establecidos”. A continuación intervino el alcalde para dar cuenta de las novedades ocurridas en las horas previas al pleno y que trastocaron todas las previsiones, como el auto de la juez , que advierte que la moción solo podría debatirse de acuerdo a la Ley Electoral de 1985.

A continuación el regidor puntualizó que la moción estaba perdida de antemano, pues “si se rige por la Ley Electoral que entró en vigor hace unos días no sería válida porque no tendrían mayoría y si se tramitara en función de la ley de 1985 tampoco, al no asistir al pleno los firmantes de la moción”.

Apreciación del fiscal

Aquilino Valencia puntualizó que, junto con esa providencia de la juez, figura una apreciación de Fiscalía que opina que la convocatoria de moción debe regirse por la nueva Ley Electoral que entró en vigor el pasado domingo, según la cual el voto de un tránsfuga no es válido y los ediles no adscritos no tendrían mayoría para sacar adelante el proceso de censura

Tras su rauda declaración, Valencia dio por finalizada la sesión con un cerrado aplauso de los militantes y simpatizantes socialistas. Las fuertes medidas de seguridad que se habían desplegado en la zona con cinco coches patrulla de la Guardia Civil y cerca de una docena de agentes custodiando el exterior y vestíbulo de la consistorial, fueron finalmente innecesarias.

En la calle poco más de un centenar de vecinos aguardaban expectantes y en silencio el desarrollo de la convocatoria. Nada que ver con lo ocurrido en julio de 2008, cuando se frustró el primer intento de convocatoria plenaria, en un contexto de gritos, amenazas y denuncias de agresión de algunos vecinos lo que motivó que los firmantes de la moción optaron entonces por no entrar a la sesión plenaria.