La comisión de centro del Complexo Hospitalario y trabajadores de los centros sanitarios del Toén y Piñor sostienen que Ourense "será la única provincia gallega que no dispondrá de un hospital psiquiátrico completamente nuevo". Personal de los dos centros argumenta que el cierre progresivo de 71 camas, supondrá al final del proceso la pérdida de 40 plazas hospitalarias, por lo que inicia un calendario de protestas, con la concentración que realizará mañana, a las once, delante del Concello de Toén.

Trabajadores de los hospitales de Toén y Piñor critican la "falta de planificación" de la Consellería de Sanidade y de la gerencia, referente a la mejora y acondicionamiento de los hospitales que integran el complejo ourensano. Y reiteran su postura contraria a que Ourense se quede sin un psiquiátrico nuevo, mientras que en otras provincias, "incluso sin necesitarlo, se han construido en un tiempo récord", aunque muestran discrepancias con el sistema de financiación utilizado.

La comisión de centro del CHOU y el comité de empresa de Toén no comparten la decisión adoptada por la gerencia, consistente en desplazar a los enfermos del psiquiátrico al Hospital de Piñor, argumentando que los pacientes que "están en Piñor, gozan de unos cuidados excelentes y de una elevada calidad asistencial". Por lo que lamentan que se decantaran por "desvestir a un santo para vestir a otro".

El portavoz de los trabajadores, Juan Manuel Conde, pregunta por qué la Administración gallega no se ha planteado la posibilidad de construir un edificio nuevo o por arreglar algún pabellón de los que forman parte del hospital de Toén. Y pregunta si puede haber "intereses ocultos" detrás del cierre del psiquiátrico.

Los trabajadores echan en falta el incremento del número de camas de agudos, que consideran "necesario, como reflejaba el plan de salud mental", debido al incremento de patologías relacionadas con la salud mental, que cada vez sufren personas más jóvenes.

El Hospital de Toén tiene en la actualidad 120 trabajadores, para atender a 60 pacientes, después de que fueran desviados más de veinte enfermos a otras clínicas privadas, según indica la comisión del Complexo Hospitalario de Ourense (CHOU).

Juan Manuel Conde califica como "un hecho muy grave" el cierre progresivo de 71 camas en Piñor, anunciado por el jefe de Medicina Interna, "quedando solo una planta, que se convertiría en colchón para la época invernal, cuando se produzca la saturación de urgencias y un aumento considerable de ingresos hospitalarios, por lo que tendrán que convivir los enfermos comunes con los de salud mental.

La comisión de centro del CHOU advierte de que los cambios impulsados supondrán la pérdida de cuarenta camas, en una provincia que tiene la población muy envejecida, donde muchos ancianos viven solos.

Juan Manuel Conde vaticina que muchos enfermos tendrán que ser atendidos de nuevo en los pasillos del CHOU, "como en épocas pasadas", algo que, según su criterio, puede atentar contra la dignidad de los pacientes. "Tienen que compartir un aseo seis personas, incluso de distinto sexo, como está sucediendo en este mismo instante". Y denuncia que algunos enfermos "tienen que estar en los pasillos de urgencias, haciendo sus necesidades básicas a la vista de todo el mundo que pasa".

El desmantelamiento del Hospital de Toén, según la comisión de centro del CHOU, se inició hace cuatro años, cuando se cerró la tercera planta de Piñor y se trasladó la Unidad de Paliativos al Hospital Santa María Nai, a pesar de las quejas de los facultativos y enfermeras.

La clave de la cuestión, según los trabajadores, es el vaciado del Hospital de Toén, que se ha ido produciendo poco a poco, al desviar a pacientes del centro a otras clínicas de la provincia, "desde los 82 que solía tener, a los 55 o 60 que mantiene en la actualidad. Los demás han sido trasladados a otros centros privados de la ciudad –como el de San Francisco– y de la provincia".

Los trabajadores de rehabilitación de Piñor se posicionan en contra del traslado de pacientes del psiquiátrico de Toén, "que implica el cierre de Medicina Interna", algo que interpretan como "el aislamiento total del servicio de rehabilitación".

Los trabajadores sostienen que los responsables del sistema sanitario ourensano mostraron dependencias que se utilizaban como trasteros, para justificar el deterioro del Hospital de Toén, en lugar de enseñar las plantas nobles del edificio.

La comisión de centro del CHOU realiza un llamamiento a todos los ciudadanos comprometidos con la sanidad pública, para que secunden las acciones de protesta que organice, con el fin de evitar el cierre del Hospital de Toén.