El arqueólogo del Concello de Ourense, José María Eguileta, y otros técnicos que han dirigido las excavaciones más importantes que se realizaron en la ciudad a lo largo de los últimos años preguntan a la Administración gallega si no existía "otra alternativa" para la entrada del AVE, que permitiera la conservación de un tramo de 120 metros de la calzada romana Ourense-Tui, del siglo I, de una necrópolis, restos de varias estancias y los depósitos de fundición de metales encontrados en Reza Vella.

Eguileta es consciente de que se trata de "una zona muy colapsada", entre las vías del tren, la Nacional 120, edificios, viviendas unifamiliares y el río Miño, por lo que considera que "no lo tendrían fácil". Pero añade a renglón seguido: "De todas formas, la destrucción del yacimiento ha sido una pérdida importante, porque ahí estaba el ADN de Ourense".

La destrucción del yacimiento sorprendió a los especialistas, investigadores y estudiosos ourensanos, debido a la celeridad con la que se llevó a cabo, por lo que no pudieron ver las estructuras encontradas. Esa es la razón por la que se acumulan las dudas. José María Eguileta se continúa preguntando si las estructuras encontradas tendrían suficiente entidad y buen estado de conservación para poder musealizarlas, como pretende hacer el Concello en As Burgas.

La provincia solo cuenta con tramos de calzada similares a la encontrada en Reza Vella en la zona sur, pertenecientes a la Vía XVIII, Braga-Astorga. Pero esta tenía un interés especial, por encontrarse próxima a Ourense, donde existió una importante ciudad romana, aunque Eguileta reconoce que estaba "un escalón por debajo de Lugo". Sin embargo, aparecieron necrópolis y tumbas romanas, equiparables a las de Reza Vella, en As Burgas, la Trinidad y O Posío.

Premura de tiempo

La empresa concesionaria de las obras de un tramo de siete kilómetros del AVE, correspondiente a la salida de la ciudad hacia Santiago, contrató a un grupo grande de arqueólogos, por la premura de tiempo que tenía, para que la infraestructura pueda ponerse en marcha antes de que termine el año, según el compromiso del Ministerio de Fomento.

Después de que se complete la excavación en el mes de marzo o abril, en el momento que se levanten las vías ferroviarias que comunican Ourense con Vigo y Santiago –destruyendo los trozos de pared que quedan bajo los raíles, tras su estudio–, todavía queda otra oportunidad, dado que la Xunta va a establecer un espacio de 200 metros de cautela, en los que puede haber más restos romanos.