La Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta de Galicia autorizó la destrucción de 120 metros de la calzada romana del siglo I encontrada en Reza Vella –correspondiente a la variante de la vía XVIII del itinerario de Antonino que comunicaba Ourense con Tui– porque el AVE "no puede ir por otra zona". El yacimiento se encontraba entre las vías ferroviarias que comunican esta ciudad con Vigo y Santiago, en la franja comprendida desde las casas de Santa Catalina a las edificaciones que hay junto a la gasolinera de O Pino, en la N-120.

La Dirección Xeral de Patrimonio avanza que establecerá una zona de cautela de 200 metros –la superficie se podría ampliar, después de que técnicos de la Xunta examinen el terreno– "para proteger las estructuras y materiales que puede haber".

Las monedas, cerámica, molinos y demás hallazgos pasarán a formar parte de los fondos del Museo Arqueológico de Ourense. Lamentablemente, "no se han podido salvar" los 120 metros de vía romana, construida con jabre y cantos rodados, entre bordillos de piedra, una necrópolis romana, tres casas de una etapa más tardía y grandes muros de estancias, de los que hasta ahora se desconoce su funcionalidad. Solo se conservan, de momento, los trozos del muro que cubre la vía férrea que comunica Ourense con Vigo y Santiago, que será trasladada a otra zona en marzo o abril para que se puedan completar las prospecciones.

La Dirección Xeral de Patrimonio revela que en la excavación realizada en una superficie de 6.000 metros cuadrados en Reza Vella se encontraron fosas colmatadas con restos romanos, estructuras de muros, zanjas con material de la época, molinos, tegulae e imbrex, además de un tramo de calzada romana del siglo I. En una zona más profunda, hallaron una estructura de combustión, que puede corresponderse a un horno de cocción de cerámica, y restos de una necrópolis romana.

Había dos niveles de calzada, de adscripción alto imperial, obras de drenaje –canales– y dos muros de sesenta centímetros de ancho, que podían cumplir la función de elementos de contención de la calzada.

También se encontraron varios depósitos en el yacimiento, relacionados con la fundición de metales, según la apreciación del equipo técnico.

La zona se encontraba "bastante arrasada, en un estado de conservación que no era el idóneo", reconoce Patrimonio, por lo que autorizó su destrucción, para que el AVE entre Santiago y Ourense pueda ponerse en funcionamiento antes de que finalice este año. Pese a la pérdida de las estructuras romanas, para que pueda entrar el AVE en el barrio de A Ponte, la Dirección Xeral de Patrimonio advierte de que su principal función es "preservar el patrimonio y protegerlo", por lo que adoptará "todas las medidas necesarias para conservar y poner en valor los materiales encontrados".