Tras una semana de ensayos, los alumnos de primero del instituto Blanco Amor de Ourense ya están familiarizados con su multiportátil; lo doblan como si fuera una carpeta para facilitar el viaje virtual por los planetas en la clase de Ciencias Naturales, realizan juegos de conocimiento que se autocorrigen tras cada lección, y hasta permite buscar a los alumnos los anillos de Saturno en 3D "tocando" con los dedos el planeta en movimiento sobre la pantalla.

"Estamos en fase experimental y los propios coordinadores nos estamos formando sobre el programa, para luego formar a su vez a los otro 28 que, en el caso del instituto Blanco Amor, van a impartir materias a través de las nuevas tecnologías del Proyecto Abalar", explica Aurora Valdonedo, coordinadora de este proyecto el centro piloto de Ourense.

Ayer no había ni una sola libreta, un libro o un lápiz sobre los pupitres individuales de estos primeros alumnos de la generación multimedia en Ourense. Pero del aula no desaparecerán los libros ni el papel: "Pueden convivir perfectamente ambos en ésta y otras asignaturas", indicaba ayer Francisco Boán, el profesor de Ciencias Naturales, mientras bromeaba sobre su condición de profesor pionero en impartir una materia con estos nuevos equipos: "Ahora sé perfectamente como se sienten los conejillos de indias de mi laboratorio".

El conselleiro de Educación, Jesús Vázquez, ratificaba ayer a este diario que los padres tienen también mucho que decir, pues se pusieron en marcha las primeras versiones del apartado dedicado a las familias que tiene el proyecto Abalar. Este sistema permite a los padres entrar en contacto con el centro escolar a través de una clave y saber en tiempo real, si sus hijos han ido a clase, el resultado de las calificaciones o disculpar personalmente la falta de su hijos al colegio si esta es consentida.

"Está bien que vigilen los padres; así los que no trabajan pueden recibir la bronca de sus padres antes, de que salgan las notas", decía ayer Beatriz Fernández, una de las alumnas de primero de ESO que estrenan este proyecto multimedia.

Y es que los tiempos han cambiado. "Ahora en un instituto hay niños que entran con 11 años y comparten centro con otros más resabiados de hasta 18 o más años", reconocía ayer una profesora. Por eso todas la medidas de control son pocas y las puertas principales del IES Blanco Amor ya no están abiertas, como antes, todo el día; la salida y entrada se controla por un estrecha puerta lateral, donde un vigilante controla que nadie se "esfume" en horario lectivo.

Este centro experimental de Ourense reúne ya los cuatro pilares del proyecto Abalar. Portátil para cada uno de los 129 alumnos participantes; una pizarra digital en la que el profesor hace anotaciones con los dedos; un proyector y el armario de carga en el que los chavales guardan su ordenador para que cargue durante la noche. "El temario del que se nutre Abalar nos lo da la Consellería de Educación o lo bajamos de la red, donde hay proyectos buenísimos elaborados por profesores; no es lo mismo ver un motor dibujado que ver su imagen virtual en movimiento. Es el futuro", reconoce la coordinadora en el instituto.