Ayer el concello de Sandiás todavía no salía del asombro que produce saber que siete de sus vecinos son millonarios tras ganar una primitiva dotada con más de 8.800.000 euros, lo que vendría a ser 1.466.082.453 de las anteriores pesetas. Tanto los tocados por la barita de la fortuna, como los que no, amanecieron con otro semblante. Sienten que la suerte al fin ha recaído en aquellos que lo necesitan, en la clase trabajadora. Y todos, de una forma u otra, han vuelto a soñar.

Entre los siete amigos que jugaron juntos esta primitiva, se encuentra Benito Cid. Tiene una de esas profesiones en ocasiones poco reconocidas, pero que de faltar todos echarían de menos. Hace más de 30 años que compró la panadería de Piñeira de Arcos, donde hornea desde entonces. Él mismo reconoce que se trata de un empleo "duro". Aunque entre tantas enhorabuenas todavía no ha tenido demasiado tiempo para asimilar su nueva condición, "creo que sí, que voy a cerrar la panadería", declara. Parece que se terminaron los madrugones, "ahora las noches serán para disfrutarlas", asegura.

Benito fue el primero en descubrir la noticia. Sobre las diez y media u once de la mañana del domingo, acudió al Bar Estanco en Sandiás, y comprobar que su boleto compartido, con 28 apuestas tenía un premio de casi 9.000.000 millones de euros. Sus clientes, de Piñeira de Arcos, Torneiros, Lavandeira y toda la zona, ya no podrán disfrutar del pan de Benito. Pero seguro que comparten su alegría y celebran que el motivo de su retirada sea haber ganado un premio de esta magnitud. La vida será otra para él y su familia. En cuanto a los otros afortunados hay diferentes profesiones, tres, por ejemplo, son albañiles. Cinco están solteros, el propio Benito bromea "a ver si ahora los casamos".

Los coprotagonistas

Después de los propios agraciados y sus familias, los que más de cerca han vivido la felicidad de los ganadores han sido los propietarios del Bar Estanco de Sandiás. Manuel Solveira asegura que "salir a la calle es una locura, todo el mundo me detiene para preguntarme". Cuando la noche del sábado recibió la noticia de que su bar había sellado la primitiva agraciada, tardó en reaccionar. "Hemos dado otros premios, pero siempre menores, hace 25 años tocaron 5 millones de pesetas en una quiniela, y ya más recientemente un premio de sobre 6.000 euros" explica Solveira. Cree que este golpe de suerte repercutirá positivamente en las futuras ventas. Los premiados, al menos, prometen una cena para los dueños.

La alcaldesa de Sandiás, María Concepción Méndez Gándara, también quiso transmitir su felicitación. "Es toda una gran alegría, les deseo lo mejor a ellos y a su entornos, que puedan disfrutar de todo lo que no han tenido hasta ahora" manifiesta la regidora que espera que "estas personas trabajadoras y que, como todos, no siempre han tenido una vida fácil, puedan ser un más felices".