Martín López no se lo pensó mucho cuando le preguntaron a que causa destinaría su premio. Desde hace tiempo, este joven residente en Moaña, fijó su atención en la situación de abandono de muchos burros. “Non se lle dá a estes animais o coidado que merecen e por iso decidín axudar á causa deste xeito” confiesa Martín, quien donó el premio de 2500 euros que consiguió en el concurso televisivo Cifras y Letras.

Por ello, Martín visitó ayer las instalaciones del ecoespacio municipal de O Rexo en Allariz, donde disfrutó de una jornada conociendo la labor real que desempeña la Asociación ANDREA. Allí, terapeutas trabajan por la interacción entre los asnos y personas en desventaja física, psíquica y/o social.

David Lema, presidente de la asociación ANDREA y terapeuta psicomotricista, quiso agradecer el gesto solidario de Martín que se convierte en un “aliciente extra para seguir trabajando por los burros y por aquellos que nos visitan para recibir terapia”.

Ayer, los burros Martina, Lola, Rosalía, Blanquita, Candela, Carmela, Martín, Salva y Esperanza no sólo recibieron la visita de Martín y sus familiares. Un grupo de enfermos de Alzheimer, gracias a Afaor, asistieron a una sesión terapéutica en donde ejercitaron su psicomotricidad a través de los diferentes recorridos y circuitos.

Pero mucho más allá, lo que Elsa Pérez destaca es la estimulación sensorial y memorística que se consigue a través del aspecto afectivo. David Lema recuerda que emplean “burros educados para la mediación terapéutica”. Elsa añadió que esta integración afectiva y social es la más difícil de conseguir y definió a estos animales como “colaboradores, cercanos, dóciles, curiosos y fuentes inagotables de ternura”.

Y así se demuestra de forma continuada en este lugar al que también acuden otro tipo de enfermos o discapacitados. A pesar de que los especialistas preparan circuitos para mejorar la psicomotricidad de los enfermos y terapias adecuadas a cada caso, los verdaderos profesionales aquí son los asnos. Son ellos los que luchan más que nadie por “mejorar la calidad de vida, disminuir en la medida de lo posible el deterioro que sufren los enfermos y hacerlos disfrutar otra vez”, como indica Elsa.

Un burro para Martín

“Rara vez coinciden personas de tan diferentes edades en una sesión” apuntaba David. Y es que los pequeños que acompañaban a Martín cepillaron y pasearon con los burros, junto a los mayores enfermos. Todos disfrutaron de los bellos “Plateros”.

Tras conocer las instalaciones, Martín hizo entrega del donativo a la asociación. David y Elsa por su parte quisieron nombrarlo padrino de uno de los burros más pequeños del centro y tocayo suyo, pues también se llama Martín.

El popular presentador Paco Lodeiro que entregara el premio en su día a Martín, acababa el programa recordando que “O que máis nos une é o diferente que somos”. Y no le falta razón. Y si en algún momento se nos olvida allí están estos entrañables listos burros para recordárnoslo.