Ourense, como toda España, vivió ayer intensamente la final del Mundial ante Holanda, donde un gol de Iniesta en la prórroga le dio por primera vez en la historia el título del mundo. Ya desde la mañana se pudieron ver por las calles de la capital y de la provincia gente con camisetas, gorras y banderas de la selección.

En la capital, parques, cafeterías y espacios al aire libre se convirtieron en lugares de concentración de los aficionados, que a través de numerosas televisiones y pantallas instaladas en la calle pudieron seguir un partido vibrante, especialmente emocionante y en el que los jugadores de Vicente del Bosque lograron levantarlos de sus asientos en numerosas ocasiones.

Tensión, emoción, incertidumbre y nervios, muchos nervios, hasta que en el minuto 116 llegó la explosión de júbilo de todos cuantos seguían el partido,. Una vez que el colegiado británico Howard Webb señaló el final, miles los ourensanos que se lanzaron a la calle, invadiendo la mayoría la fuente del Concepción Arenal, lugar tradicional de las celebraciones de los aficionados de la ciudad. Allí, caras conocidas y anónimos todos festejando el nombre de España y con gritos de Iker Casillas e Iniesta el autor del gol. Agua, banderas, camisetas y fiesta, mucha fiesta, llenaron de color la calurosa noche del domingo en Ourense.

También hubo pantallas en la Praza de Oriente de Xinzo de Limia, Paderne de Allariz y otras localidades de la provincia. La victoria sobre Holanda caló profundamente en los seguidores de "La Roja". La fiesta se prolongó hasta bien entrada la madrugada. Fuegos de artificio, petardos, sonidos de claxon sirvieron para que la ciudadanía rompiese con 116 minutos de tensión.