Está a “un tiro de piedra” de poder convertirse en el próximo presidente de la Diputación. Con el incremento de dos diputados, PSOE y BNG lograrían imponerse en las elecciones municipales. El propio ex vicepresidente de la Diputación y delegado Territorial de la Xunta, Rogelio Martínez, reconoce que basta con que el PP pierda la alcaldía de Celanova, ganada por Antonio Mouriño hace tres años con un margen de tan sólo 30 votos; la de Xinzo, en la que los populares permanecen enfrentados; la de Barbadás y que el bipartito consiga mantenerse en Ourense, para que se produzca el relevo, tras veinte años de mandato ininterrumpido de José Luis Baltar.

-¿Qué piensa usted sobre el estilo que imprimió José Luis Baltar, durante el período de veinte años que ha permanecido al frente de la Diputación?

-José Luis Baltar se instaló en el populismo, y al final lo centró todo en eso, en ser populista. Ser populista no es bueno ni malo, si uno es buen gestor. Pero Baltar, a lo largo de veinte años, demostró que no ha sido un buen gestor, ni para la provincia de Ourense ni para la Diputación. Por lo tanto yo creo que es un mal estilo.

-Teniendo en cuenta que los portavoces de los tres grupos políticos de la Diputación son maestros, en representación del PP, BNG y PSOE, ¿cuál es la asignatura pendiente o la lección que le queda por aprender al presidente de la institución, José Luis Baltar?

-La Diputación de Ourense se encuentra en una situación caótica. La asignatura pendiente es que no tenga un plan, que marque el objetivo hacia dónde hay que tirar. En un momento determinado se hizo un plan estratégico, que no llegó a desarrollarse. Ese es el gran problema. La Diputación lo único que hace es poner parches. Hoy pone un parche en una carretera, mañana lo pone en otra, luego en la siguiente, porque no hay ningún plan vertebrador de la provincia.

-El BNG cuestiona la existencia de las diputaciones.

-En el caso de la Diputación de Ourense, obtendríamos muchos más beneficios si cogiéramos los 84 millones de euros que tiene de presupuesto y los repartiéramos entre los concellos. La Diputación de Ourense no se justifica, por la gestión que realiza. El gasto que ejecuta, no se traduce en beneficios para los concellos. Las principales funciones de la Diputación, son prestarle apoyo a los concellos, que no están recibiendo, e impulsar proyectos de dinamización, que tampoco realiza. La Diputación tendría que plantear a la Xunta y al Gobierno central las prioridades de Ourense, para que esta provincia deje de ser un granero de emigración, hacia el eje atlántico y otros puntos del Estado. En veinte años, la Diputación nunca ha tenido un plan, y eso acaba pasando factura.

-La mayor parte del presupuesto va para gasto corriente.

-La Diputación de Ourense es un monstruo que se devora a sí mismo. El número de operarios de esta institución, es similar al que tienen otras provincias que cuentan con 1,5 millones de habitantes. José Luis Baltar afirma que la situación se debe a que esta Diputación tiene brigadas de obras y que las otras no las tienen. Pero habrá que mirar si son rentables. Al final, las carreteras están como están. Algunas carreteras se empezaron a arreglar hace veinte años y aún no se han terminado. La mayor parte de la ciudadanía tiene la sensación de que esto no funciona, sólo se retroalimenta a sí mismo. No produce un beneficio para el conjunto de la provincia.

-¿Qué nota le pondría a la situación económica de la Diputación?

-La Diputación se encuentra en estado de shock. La deuda alcanza el 102% del presupuesto. No está terminal, al tratarse de una institución pública. Se puede reconducir, pero para eso hay que tener voluntad. Para cambiar la tendencia, hay que meter las tijeras en los presupuestos de la Diputación, reduciendo gastos. La Diputación se puede endeudar para realizar inversiones, pero no para afrontar el gasto corriente. Baltar no puede seguir entregando dos millones de euros en subvenciones nominativas todos los años. De la mayoría de esas subvenciones se puede prescindir perfectamente. Todas se dan por decisión unilateral del presidente de la Diputación, y van a dónde van. Por lo tanto, ahí hay que meter las tijeras. Hay que recortar los gastos dedicados a publicidad. Y habrá que gestionar mejor los servicios. Entre el Teatro Principal y el Simeón cuestan dos millones de euros. El Paco Paz sólo presta servicio a la capital. En cambio, los pabellones de las cabeceras de comarca no reciben ninguna ayuda.

-¿Hay otros servicios prescindibles?

-La Diputación debe transferirle los servicios agrarios y ganaderos a la Consellería de Medio Rural. Eso tiene un coste que ronda los dos millones de euros.

-¿Qué nota le daría a la política laboral de la Diputación?

-A la política de personal de la Diputación hay que darle un cero; una calabaza de las más gordas. La política de personal no responde a un programa de gestión provincial, sino a intereses exclusivamente partidarios. Y eso no lo decimos sólo nosotros, hasta lo ha reconocido una parte del PP. La Diputación tiene una partida de personal que se eleva a 29.302 millones de euros, pero cuando hay una convocatoria electoral, recurre a un suplemento de cinco millones para realizar contrataciones. Los ejemplos más sangrantes son que ha concentrado en el Simeón a treinta porteros, para atender dos puertas, mientras que en el centro ecuestre de Antela había 17 operarios para atender 15 caballos. Hombre, yo comprendo que está bien que los caballos tengan un trato personalizado, pero no será para tanto. Estas cosas son escandalosas. Habrá que sentarse, para analizar con seriedad las necesidades de la Diputación. Para los que no sean imprescindibles, hay que decir se acabó. Vamos a reducir la plantilla, a lo que sea imprescindible.

-Baltar dijo que se había agotado el margen.

-Lo dijo, pero sigue contratando.

-Posiblemente se deba a que sólo pueda cumplir una de cada tres promesas que hizo.

-Sí, pero no podemos pasarle ni una, en esta materia. La Diputación no puede seguir permitiéndose esos lujos, porque no tiene dinero para hacerlo. Durante las épocas electorales suele contratar a 300 personas.

-¿Eso se traduce en mejores servicios para los ciudadanos?

-Con la contratación de más personal, no presta mejores servicios a los ciudadanos. La única mejora que percibimos, cuando contratan a 200 ó 300 personas en época preelectoral, es que aumentan los agentes electorales. Se nota en el acarreo de votos.-¿Cómo contempla usted a la inversión real?

-La inversión real es mínima. Aporta escasamente 15.000 euros por concello, como participación en proyectos de 40.000. Las diputaciones de A Coruña, Lugo y Pontevedra se han implicado en obras de instalaciones deportivas. El grupo socialista presentó una moción para que la Diputación firmara un convenio con la Dirección Xeral de Deporte para que se hicieran campos de hierba artificial y votaron en contra.

-¿El Plan Impulsa puede ser el tercer intento fallido de dinamizar la provincia de Ourense?, teniendo en cuenta que la Diputación presentó antes dos planes estratégicos de los que no se llegó a desarrollar ni el 5%.

-El Plan Impulsa es humo; se trata de un simple titular de prensa. No tendrá credibilidad, hasta que se establezca un calendario de inversiones, que figuren dentro de los presupuestos generales de la comunidad autónoma. La inversión que dedicó la Xunta a la Diputación de Ourense en los presupuestos generales fue ridícula. Los de la Xunta para este año no llegan a los cincuenta millones de euros, para toda la provincia. ¿Dónde está el Impulsa Ourense?

-¿Núñez Feijóo ejerce de ourensano?

-Núñez Feijóo tiene problemas evidentes en la provincia de Ourense. Feijóo tiene que ejercer como presidente de la Xunta, y sacar a Ourense del furgón de cola de Galicia, para que se ponga al nivel de la franja atlántica.

-¿No es un buen negocio mantener la Galicia interior empobrecida?

-Ese es un pésimo negocio, porque hay que mantener los mismos servicios, que salen mucho más caros en un territorio despoblado. Por lo tanto, hay que cortar la sangría. Tenemos que impulsar el desarrollo económico, para que no nos vayamos a vivir todos a Vigo o a Coruña.

-¿Qué opina usted del Inorde?

-Es una entidad más pequeña, que reproduce a escala los mismos problemas y vicios que presenta la Diputación. El Inorde está hecho a imagen y semejanza de la Diputación. Y ocurre lo mismo con el Patronato Provincial de Turismo; no tiene ninguna utilidad, desde el punto de vista de desarrollo turístico.

-¿Urbaourense?

-El caso de Urbaourense es distinto, hay que darle un margen de tiempo. Nadie puede negar que la Diputación creó Urbaurense para que compitiera con Xestur, entidad dependiente de la Xunta, cuando estaba gobernada por el PSOE y BNG. Sin embargo este tipo de actuaciones no son nuevas. Ya existía en otras diputaciones, como la de Lugo, donde funciona relativamente bien. Aunque todo lo que va hacer Urbaourense lo podría hacer Xestur, yo creo que el organismo dependiente de la Xunta no está dimensionado y ni diseñado para hacer desarrollos urbanísticos en los pequeños concellos. Por lo tanto, la idea como tal no es mala, por lo que le hemos dado la confianza. Parece que por fin nos van a meter a los partidos de la oposición en los consejos de administración, para que tengamos información de primera mano. Y aunque de momento sólo se firmó un convenio para un desarrollo de suelo industrial en un concello del PP, también es cierto que el gerente de Urbaourense ha atendido las demandas de alcaldes socialistas. Si eso funciona así, si se atiende a todos los alcaldes que llegan con un proyecto viable y se realiza una gestión, puede ser un servicio aceptable para la provincia.

-De momento sólo se aprobó el de Esgos, con un precio que ya advirtieron que no se podrá volver a repetir.

-Sí, pero también salió publicado un estudio de viabilidad para un desarrollo urbanístico en O Barco, que se le había planteado, y está en marcha un tema de viviendas sociales en Vilardevós.

-¿Cómo contemple la venta de la finca Santamariña?

-El problema de la finca Santamariña es que se vendió por debajo del precio de mercado. Fue una malísima gestión de Baltar, porque se podría sacar cuatro o cinco veces más. Los tribunales de justicia no encuentran responsabilidades legales, pero otra cosa es que la decisión fue muy lesiva para los intereses de la provincia.

-¿Tiene la sensación de que José Luis Baltar puede repetir como candidato?

-Yo no juego a la lotería ni cubro quinielas, porque no acierto nunca. De todas formas, Baltar dijo claramente que no continuaría. El otro día dejó caer en el pleno de la Diputación que podía seguir. Yo creo que ese es un problema de Baltar, pero sobre todo es un problema del PP, que tendrá que resolverlo.

-¿La relación con el BNG es aceptable?

-La relación es buena.

-El PSOE en los últimos veinte años consiguió la alternancia en el gobierno central, en la Xunta y en el Concello de Ourense -en estas dos últimas instituciones con el apoyo del BNG-, pero nunca la logró en la Diputación.

-Nunca es tarde.