Los padres de un niño de Ourense de 9 años de edad y con problemas de obesidad, a los que el Servicio de Menores de la Xunta resolvió retirar la tutela por considerarlos responsables de una errónea alimentación del pequeño "que puede llegar a costarle la vida", reclaman en el juzgado la suspensión cautelar de la retirada de custodia, al entender que no ha habido desamparo y ante "los graves riesgos psicológicos que podría ocasionarle al niño que lo separen de su familia, a la que está muy unido", alegó José Manuel Rodríguez Díaz, abogado defensor de los padres.

El menor, que cumplirá 10 años el próximo 11 de noviembre, ha desaparecido del domicilio familiar y está en paradero desconocido, al menos para la justicia, "ante el pánico que le produce pensar que puede ser ingresado en un centro de menores", señaló el letrado .

Ayer se celebró en el Juzgado de Primera Instancia Número 6 que tiene adscritos los casos de Familia, la vista en la que las partes personadas en el procedimiento, el representante de la administración y el letrado de los padres expusieron sus posicionamientos "porque creo que no puedo dictar una resolución en un tema como este, sin escuchar a todos, incluido el Ministerio Fiscal explicó ayer el juez de Familia de Ourense José Javier Bobillo.

Mientras se celebraba la vista, una nutrida representación de la etnia gitana en Ourense, a la que pertenece la familia, arropaba en la puerta de los juzgados a los padres del menor: Luis y Margarita.

El representante de la administración ratificó ayer durante la vista, que existe desamparo del menor, dado que los problemas de obesidad que presenta el pequeño comenzaron cuando el niño tenía cinco años, realizó varias dietas bajo la tutela de los servicios sociales del concello, e incluso llegó a ser ingresado en el hospital al llegar alcanzar en 2008 con sólo 8 años de edad, los 86 kilos de peso.

Fue entonces cuando el Servicio Galego de Saúde decidió actuar y presentó un informe al Servicio de Menores que actuó al ver que las distintas dietas no cursaban efecto "por falta de apoyo de la familia", alegan

Sin embargo para el letrado de la familia "no ha habido en ningún momento situación de desamparo sino todo lo contrario, y la administración debería limitarse a colaborar con los padres hablándoles en su lenguaje, porque si hay fallos en la alimentación es un problema cultural no por de mala fe ni de abandono". Añadió que la familia "ha llegado quitarle el sueño la alimentación de su hijo y como ejemplo son los diez kilos, que perdió en un mes, lo que incluso puede ser demasiado".