La gala de inauguración del festival ourensano de cine quedó exenta del rigor protocolario de otras citas, pero en cualquier caso demostró la querencia de la sociedad ourensana por actos que levantan expectación y sitúan la ciudad en el mapa.

Durante los momentos previos a la proyección de "Celda 211", escogida para la apertura del certamen, el público abarrotaba los vestíbulos y accesos del Auditorio de Ourense, y estaba encantado de disfrutar de la que puede ser una de los eventos sociales más multitudinarios del año.

Representantes empresariales, cívicos y políticos de todo pelaje, reconocidas figuras del celuloide gallego y público en general que tuvo acceso a alguna de las invitaciones con derecho a película y ágape, se fajaron antes de la proyección para estrechar manos, hacer fotografías, olvidar cualquier desencuentro, compartir vinos.

Así, la familia Baltar se dejaba ver junto a Francisco López Barxas, director xeral de Cultura, y junto al gerente del festival, Enrique Nicanor, que se empleó a fondo con diferentes personalidades, como buen anfitrión.

El alcalde de la ciudad, Francisco Rodríguez; el teniente de alcalde, Andrés García Mata, y varios concejales populares, como Javier Ródriguez Nóvoa y José Luis Sousa, se distinguían entre otras decenas de personalidades y ciudadanos, que además sacaron ayer su mejor repertorio de armario. El primer objetivo del festival, resaltar el binomio cine y Ourense, ha dado en el centro de la diana.